Carne de cañón

Los conflictos políticos no se ganan en redes sociales. Nombre cualquier movimiento que desee...

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Los conflictos políticos no se ganan en redes sociales. Nombre cualquier movimiento que desee y al final, con todo y su vena digital, todo se resolvió en los pasillos del poder, o en el mejor de los casos, públicamente, pero entre quienes con un simple abrazo “olvidaron” sus rencillas mientras en las redes se tiraron hasta con el smartphone.

Ese es el problema que se cierne sobre las redes sociales en México: los interminables conflictos políticos que dividen a los usuarios al grado de acabar con la misión original de la red: consensuar y aprender.

La renuncia del ministro de la Suprema Corte, Medina Mora, augura (y esto se han cumplido a cabalidad) un lío mayúsculo para las redes sociales. Primero, las revelaciones sobre las presiones y chantajes que sufrió el señalado ministro generan dudas sobre la legitimidad de su renuncia, y el descarado uso de la Unidad de Inteligencia Financiera para los fines que según parece, place mucho a Palacio Nacional. Segundo, el show que viene para la designación de su reemplazo.

¿Por qué estos escenarios deberían preocuparnos a nosotros, usuarios asiduos de redes sociales? Simple: porque dividen, separan, polemizan y sobre todo, acaban con el objetivo principal de las redes sociales, que es la difusión libre de las ideas; y todo esto, tristemente no lleva más que al vacío digital, pues absolutamente nada de lo que digamos, provocará un cambio en las altas esferas del poder. Lo sabemos, es decepcionante, pero esa es la realidad.

Desde hace un tiempo, a las redes sociales se les emplea como una válvula de escape para tantear el terreno. Nos usan como conejillos de indias para “medirle el agua a los camotes” aprovechando lo fácil que es encender un debate en Twitter o Facebook. Publicaciones, tweets, retweets, hashtags, tendencias… en ellas nos volcamos para pelear por nuestras ideas pensando que hacemos un cambio, pero lo único que se ha logrado es a) dividir a la sociedad en “liberales-conservadores” o “chairos-fifis”; b) distraer a la sociedad mientras las decisiones se toman donde siempre: entre los políticos; y c) encumbrar a nuevos personajes afines al régimen actual, como son @EstefaniaVeloz, @AntonioAttolini o @gibranrr, que de oscuros twitteros “de izquierda” y tras una férrea defensa a la imagen del actual gobierno, hoy gozan de “hueso” dentro del mismo.

Generaron polémica en redes, hicieron que los usuarios tomaran partido y al final, superior sacarle provecho a su postura, tal cual hicieron muchísimos otros en los anteriores gobiernos. ¿Y los usuarios? Ahí siguen: peleando un montón de causas perdidas, siendo carne de cañón mientras el poder se encarga de encumbrar a quien le conviene. Y para eso no están las redes sociales, y mucho menos, quienes participamos de ellas.

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