No importa quién, sino los resultados
Tema central del debate público en la entidad causó el repentino cambio de secretario de Seguridad Pública...
Tema central del debate público en la entidad causó el repentino cambio de secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, apenas cinco días después de haber sido nombrado Manelich Castilla Craviotto, con la entrada de Rubén Oyarvide Pedrero, procedente éste de las filas de la Marina.
Un sinnúmero de especulaciones levantó en todos los rincones, en las mesas de café, incluso hasta dentro de la misma corporación estatal este cambio de funcionario de primerísimo nivel, encargado quizá del sector más crítico y más reclamado por la población: La seguridad pública de los quintanarroenses.
De hecho, hasta el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio su apunte, al señalar que su gobierno no tiene injerencia en designaciones de funcionarios estatales, aunque aclaró que sí puede sugerir, lo cual, si bien es cierto que no se trata de una imposición, esto tendría un gran parecido.
Sin embargo, eso no es lo importante. Lo verdaderamente trascendente, lo que debe ocupar al gobierno estatal y a los casi dos millones de quintanarroenses es que el titular de Seguridad Pública y su equipo empiecen a dar resultados con la máxima inmediatez posible.
Y es que, en la entidad, la gente aún tiene el amargo sabor que dejó la administración estatal anterior, luego de que ver que apenas tres meses después de entrar en funciones se destapó la delincuencia en todo el estado como si le hubiesen abierto las puertas a los malos para entregarles la entidad completa.
Cómo olvidar que en la primera semana de enero de 2017 ocurrió una trágica balacera en el antro “Blue Parrot” de Playa del Carmen con más de media docena de muertos. Y cuando la atención estaba puesta en estos lamentables hechos, al día siguiente los malhechores abrieron fuego contra las instalaciones de la Fiscalía en Cancún, algo inédito en la entidad.
De ahí hasta el 24 de septiembre, cuando afortunadamente culminó el mandato de Carlos Joaquín, los hechos violentos: homicidios, extorsiones, secuestros, feminicidios, etcétera, no se detuvieron un solo día, con cifras fatales al finalizar esta gestión estatal.
Hoy pues, lo importante no es tanto quién esté al frente de la seguridad pública, sino que dé resultados. Cierto es –cabe señalar- que la Marina es una de las instituciones más respetables del país, por lo que muchos mantienen la esperanza de que el nuevo jerarca policíaco comience a dar los resultados esperados.
La autoridad estatal lo ha dicho en repetidas ocasiones que devolver la seguridad a los quintanarroenses es el asunto más importante, de máxima prioridad dentro de su gobierno y que en ello se abocará durante los años de su mandato, siempre con la estrecha coordinación y colaboración con los municipios y la Federación.
Está visto –porque así lo hizo ver a través del sufragio- que la población le brinda un decidido voto de confianza al gobierno estatal y pueden estar seguros que la sociedad en su conjunto y sus representantes están con la mayor disposición de colaborar para terminar con esto que se convirtió en una pesadilla de seis años.