AMLO convierte al Banxico en lavador de dinero

Los principales beneficiarios de la reforma serán el crimen organizado...

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El subgobernador del Banco de México (Banxico), Gerardo Esquivel, dijo el pasado miércoles que las reformas al Banco Central en materia de captación de divisas aprobadas en el Senado ponen en riesgo las reservas internacionales y atentan contra la autonomía del organismo.

 

En su cuenta de Twitter, Esquivel agregó que la aprobación en el Senado de la República es lamentable y que espera que en la Cámara de Diputados se corrija la situación.

 

Con 70 votos a favor, 23 en contra y una abstención, el Senado aprobó el miércoles de la semana pasada, en lo general y en lo particular y los artículos reservados con las modificaciones aceptadas al dictamen que reforma la Ley del Banco de México, en materia de captación de divisas.

 

Fue Monreal, quien puso los votos para cimentar, inopinadamente por deseo del Presidente, un narcoestado. Probablemente no sea la intención de López Obrador ni de sus operadores parlamentarios, pero para allá nos llevan. Con una disculpa previa por el lugar común en la insistencia, pero de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno.

 

Esas buenas intenciones las envuelve el senador Monreal con una retórica nacionalista –“pongamos fin a 100 años de violación a nuestra soberanía”– y pendencieramente ignorante –“no volveremos a ser lacayos de la Reserva Federal gringa”–, con la que incendió retóricamente su justificación para que se aprobaran las reformas a la Ley Nacional de Seguridad y a la Ley del Banco de México, altamente polémicas, y las dos, por las implicaciones políticas y económicas que conllevan, colocan a México en el umbral de pasarse formal e institucionalmente al lado de la delincuencia organizada. ¿Quiere el presidente un narcoestado?

 

¿A qué oscuros intereses responden los senadores Ricardo Monreal y Alejandro Armenta con la reforma a la Ley del Banco de México? Definitivamente no es al bienestar de los migrantes, como ellos mismos se ufanan.

 

Resulta muy revelador que Armenta trate de desacreditar a Alejandro Díaz de León, gobernador del Banxico, con uno de los recursos más baratos de la 4T: “es de que antes callaron como momias”. Según el senador morenista, las objeciones técnicas y financieras del banco central no están a la altura de las razones populistas del actual gobierno.

 

Quienes sí saben de estos temas advierten que los principales beneficiarios de la reforma serán el crimen organizado y el Banco Azteca que controla el mercado de los depósitos de dólares en efectivo… y que saldría ganón al obligar al Banxico a comprarlos. Un dato: los migrantes envían el 99 por ciento de sus remesas por vía electrónica, no en efectivo, así que no es para ellos la reforma.

 

Lo peor del asunto -sí, hay algo peor- es que todo esto provocará conflictos internacionales al Banco de México, lo que será el pretexto perfecto para que Morena quiera quitarle su autonomía y también disponer de las reservas internacionales. 

 

La inhibición la ejecuta el Senado mediante la amenaza de la criminalización por actos que buscan lo contrario, combatir a los criminales, favoreciendo así las actividades de los cárteles de las drogas y las bandas, a las que les da un apoyo institucional. Por ejemplo, con las reformas a la Ley del Banco de México, que lo obliga a adquirir los excedentes de dólares para que no puedan repatriarse a Estados Unidos. Como el presidente López Obrador sigue necesitando dinero de donde sea – ¿Qué habrá hecho con todo lo que dice ahorró por corrupción y austeridad? –, puso al Banco de México en el lado de la ilegalidad, al obligarlo a lavar dinero y minar los estándares, como dijo la institución en un comunicado, que el sistema financiero debe establecer al operar con billetes y monedas extranjeras que son consideradas de alto riesgo.

 

La reforma a la Ley del Banco de México podría tener repercusiones con las instituciones extranjeras y limitar sus operaciones y acuerdos con la institución mexicana en el mundo. Monreal, que no sabe de esto, afirmó que es falso y que el Banco de México no lavará dinero. ¿De verdad? La reforma lo obliga a incorporar recursos de procedencia ilícita a sus reservas, y por ende al sistema financiero. Ahí estarán las remesas y el dinero obtenido por la venta de drogas en Estados Unidos, que los grupos criminales regresan a México de contrabando. Ya no necesitarán crear empresas para lavar dinero; gracias a López Obrador y el Senado, el Banco de México hará ese trabajo.

 

Así está la reforma al Banco de México. Provee seguridad a los cárteles, creando un sistema para que las utilidades del narcotráfico las legalice el Banco Central. No se deben de preocupar los capos. Por omisión o comisión, la cuarta transformación los ayudó a empoderarse y a quedarse con cachos del territorio y del sistema financiero nacional. Vaya estrategia: corromper el sistema para aniquilarlo.

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