Nueva oportunidad
“Si yo tuviera mi vida para vivirla de nuevo”, Erma Bombeck.
Alcanzó gran popularidad por una columna que describía la vida hogareña suburbana desde mediados de los años 60 hasta finales de los 90 Erma Bombeck. Publicó 15 libros, la mayoría de los cuales se convirtieron en superventas. Entre 1965 y 1996, escribió más de 4,000 columnas de periódicos, utilizando un humor absurdo y a veces elocuente, que narra la vida cotidiana de una ama de casa suburbana del medio oeste. En la década de los 70, sus columnas eran leídas dos veces por semana por unos 30 millones de lectores de 900 periódicos en los Estados Unidos y Canadá.
Al enterarse que estaba muriendo, hizo unas reflexiones sobre la vida, de cómo nos preocupamos mucho por cosas que no tienen importancia. Y aquí están los cambios que haría en su vida si tuviera la oportunidad de vivirla de nuevo:
“Me habría ido a la cama cuando estaba enferma en vez de pretender que la tierra se pararía si yo no estuviera en ella al día siguiente.
Habría invitado a mis amigos a cenar sin importar que la alfombra estuviera manchada y el sofá descolorido.
Habría comido las palomitas de maíz en el "salón de las visitas" y me habría preocupado menos de la suciedad cuando alguien quisiese prender el fuego en la chimenea.
Me habría dado el tiempo para escuchar a mi abuelo divagando sobre su juventud.
Nunca habría insistido en llevar cerradas las ventanas del carro en un día de verano porque me acababa de peinar y no quería que mi pelo se desarreglara.
Me habría sentado en el prado sin importar las manchas de la hierba.
Habría llorado y reído menos viendo televisión y más mientras vivía la vida.
En lugar de evitar los nueve meses de embarazo, habría atesorado cada momento y comprendido que la maravilla que crecía dentro de mí, era mi única oportunidad en la vida de asistir a Dios en un milagro.
No te preocupes sobre a quién no le agradas, quién tiene más o quién hace qué. En lugar de eso, atesoremos las relaciones que tenemos con aquellos que de verdad nos quieren.
Cuando mis hijos me besasen impetuosamente, nunca habría dicho "más tarde, ahora ve y lávate para la cena", Habría habido más "te quiero" y más "lo siento".
Pero, sobre todo, quiero darle otra oportunidad a la vida, quiero aprovechar cada minuto. Mirar las cosas y realmente verlas... vivirlas y nunca volver atrás.
“¡Dejar de preocuparme por las cosas pequeñas!”.