Ombligo verde, un lugar para ‘escapar’ de la ciudad
Esta área protegida fue inaugurada en 2012 y desde entonces es un ‘rincón’ para desestresarse.
Amaury Rodríguez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Paso más tiempo en ‘el pulmón de la ciudad’ que en mi casa”, dijo Alfonso Fonseca Aguilar, arquitecto. “He trabajado en todas las instalaciones de Ecología y en el ‘Ombligo verde’ me he sentido mejor que en ningún otro sitio”, aseguró Rocío Carvajal Robles, encargada de la limpieza.
Éstas son algunas de las referencias que dan personas que han invertido su tiempo conviviendo con la naturaleza de la reserva ecológica, que puede ser visitada de seis de la mañana a cinco de la tarde y se encuentra al lado de la Catedral de la Santísima Trinidad de Cancún.
Las dos hectáreas de extensión, con capacidad para cinco mil personas que tiene el “Ombligo verde”, se ven limitadas para las personas por las nueve mil plantas nativas que le dan hogar a aves y reptiles.
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Fonseca Aguilar recuerda que en los primeros meses, luego de haberse abierto al público dicha área verde, estaba más poblada de animales y se preguntó: “¿Cuántas especies habrá? Me gustaría saber”.
Desde la inauguración de la reserva ecológica en noviembre del 2012, permanecen los elementos iniciales del proyecto, la ciclovía que al final cuenta con un bulto de tierra como protección, andadores con el suelo ya levantado por el crecimiento de la flora, palapas de usos múltiples donde se guarecen los murciélagos, tres mesas para jugar ajedrez con asientos de concreto, aula abierta que es regularmente ocupada por profesores para impartir clases a alumnos en horas extracurriculares, caseta de vigilancia donde dos policías son los encargados de ver que el reglamento se cumpla, sanitarios con estructura de cemento y drenaje de PVC, bancas de madera, reja de acero perimetral, iluminación y áreas de juegos con columpios.
La inversión total de seis millones 971 mil 506 pesos en el llamado “Pulmón de la ciudad” fue hecha a raíz de la iniciativa de los vecinos que colindan con el parque en la Supermanzana 33, quienes recolectaron más de nueve mil firmas antes de cortar el listón de su apertura.
En 1994 se le dio el nombre de “Ombligo Verde” después de que unos biólogos realizaran un levantamiento técnico del predio para después nombrarlo como área municipal protegida.