Opción de vida

“Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará, ha empezado a descubrir el significado de la vida” Elton Trueblood.

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Para Susy fue una gran inquietud al saber que su segundo embarazo llegaba una gran sorpresa. Ella y su esposo no sabían lo que vendría con este nuevo embarazo tan deseado.

Desde el inicio del embarazo se realizó todos los estudios de rutina y en el cuarto mes le diagnosticaron mediante una ecografía, que su bebé tenía anencefalia y que no tenía posibilidades de vida, y que al nacer podría llegar a vivir algunas horas como máximo.

El shock en el que entró Susy fue tremendo, al igual que para su esposo; primero se empezó a replantear porque le había pasado a ella y porque venía esa enfermedad, cabe señalar que su primer hijo era perfectamente normal. Pidieron otras opciones a diversos médicos. Y la respuesta siempre fue la misma.

Empezaron a bombardearlos para tener un aborto, tanto médicos, familiares, amigos, todos los presionaban para que ella no sufriera y no ver a su hijo morir en sus brazos. Sabía que el bebé, mientras estuviera en su vientre, crecería normalmente.

Fue un gran dolor sentir sus patadas, sus movimientos, y más se cuestionaba sobre el aborto, la presión que recibía por todos lados fue enorme; además el sentirlo dentro de uno y saber que su expectativa de vida eran mínimas, era muy difícil de superar para esta madre y padre.

Alguien le habló del Centro de Ayuda para la Mujer, que la ayudarían con su embarazo. Y allí fue comprendiendo poco a poco, lo que pasaba en su interior y le dieron la opción que “podía decidir por su bebé”. Esto le generó una gran revolución interna. Que la llevó a tomar una gran decisión, apoyada siempre por su esposo.

Hoy hace más de cinco años, Susy da gracias a Dios de haber tomado la opción por su bebé. El verlo nacer, el tenerlo en sus brazos por diez días, fue una experiencia inimaginable. Darle su amor, llenarlo de cariño en ese período de vida tan corto. Este bebé sentía y sabía que en el corto período de vida fue amado.

Esta madre y padre sufrieron la pérdida de su bebé como cualquier madre en las mismas circunstancias, pero no se arrepiente de haberlo visto nacer y apapacharlo por unos pocos días. Si hubiera practicado el aborto para no sufrir tanto ella, hoy después de unos años no se lo hubiera perdonado nunca, sufriría por haber matado a su bebé y no dejar que fuera de muerte natural.

Hoy para esta mujer le queda el dulce recuerdo de haberlo conocido y estado, aunque sea muy pocos días de vida, dándole amor, tocándolo, acariciándolo y diciéndole lo mucho que es amado por su madre, su padre y su hermano de 6 años. Grita a los cuatro vientos el gran agradecimiento que tiene por haber tenido la oportunidad de dar tanto cariño a su hijo.

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