El desprestigio de los partidos ante 2018

Las redes sociales, cafeterías y tertulias reafirman una tendencia: el mexicano desprecia a todos los partidos políticos, por considerarlos vividores de presupuestos (federal y estatales) y por dar la espalda a la agenda del pueblo....

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Las redes sociales, cafeterías y tertulias reafirman una tendencia: el mexicano desprecia a todos los partidos políticos, por considerarlos vividores de presupuestos (federal y estatales) y por dar la espalda a la agenda del pueblo. Con los partidos van incluidos los políticos, destacando senadores y diputados federales y locales, linchados si se cruzan de brazos o al participar en tareas humanitaria.

En Quintana Roo ese rechazo los deja a todos en la misma posición, y con un proceso mixto asomándose en el horizonte será muy interesante el comportamiento de los electores ante cada oferta emanada de los principales partidos: PRI, Morena, PAN, PRD y Verde Ecologista.

Si todos los partidos son rechazados por la mayor parte de los electores, entonces la diferencia la harán los candidatos con vigor propio, independientemente del partido que los postule. Recordemos que el ex priista Carlos Joaquín González tuvo que aceptar el abrigo del PAN y PRD para competir en los comicios del cinco de junio de 2016, derrotando al priista Mauricio Góngora Escalante.

En el PRI permanecen los políticos más experimentados, con su puñado de nauyacas capturadas o en proceso de captura; pero este partido que ha perdido hijos muy valiosos –como el chetumaleño Eduardo Ovando Martínez– cuenta al menos con una figura muy fuerte en cada municipio o zona de competencia, lo que no puede presumir el resto de los partidos.

El PAN cuenta con un cuarteto que se quiere comer todo el pastel en cada proceso, lo que impide el surgimiento de nuevos valores. Alicia Ricalde Magaña y Patricia Sánchez Carrillo no se han cansado de participar, aunque Patricia siempre ha preferido la vía plurinominal para asegurar su acceso a las curules, sean estatales o federales.

Con 2018 a la vista, el panismo no tiene valores competitivos en su cantera y les puede ir muy mal si confían en la repetición del huracán del cinco de junio que transportó a Carlos Joaquín a Palacio de Gobierno.

Los exigentes electores premiarán y castigarán a los candidatos, independientemente del partido o coalición que se atreva a postularlos. Vigilancia aparte merecerá Chetumal, cuyo apoyo a la coalición PAN-PRD fue rabioso en la pasada elección que humilló al priismo triunfalista.

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