Elba Esther: de villana a mártir

Enviada a prisión en el arranque del gobierno de Enrique Peña Nieto como una estrategia para legitimar su presidencia...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Enviada a prisión en el arranque del gobierno de Enrique Peña Nieto como una estrategia para legitimar su presidencia, la otrora poderosísima ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, saboreó la hiel de la traición política que la mantuvo en la cárcel a lo largo del sexenio, vía crucis que culminó esta semana al anunciarse su completa absolución y liberación.

 

Cuando fue aprehendida la imagen de la maestra chiapaneca estaba por los suelos; gran parte del gremio magisterial la apuntaba con el dedo como la principal causante de los vicios de corrupción enquistados en la práctica sindical. Su efigie era siempre visible en toda marcha de protesta del sector educativo.

 

Fue ese el motivo de que Enrique Peña Nieto, de entre todos los líderes sindicales nacionales, la eligiera como presa de sacrificio para dar un golpe mediático y subir su popularidad, copiando al carbón la estrategia de Carlos Salinas que en 1989 encarceló al líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”.

 

Pero algo no salió bien. Peña Nieto dejó el SNTE en manos de un elbista traidor, Juan Díaz de la Torre, con la misión de no entorpecer los trabajos de demolición sindical, convirtiendo a la que presume ser la organización de trabajadores más numerosa de latinoamérica en un club de cuates con títulos nobiliarios sin influencia alguna.

 

La humillación del SNTE generó que aquel odio y rechazo contra la figura de Elba Esther mutara, entre un amplio sector del magisterio, en reconocimiento y empatía, ya que bajo el liderazgo de la astuta maestra, cuestionable y todo, el sindicato siempre mostró fuerza.

 

Así, la villana favorita se convirtió en una “mártir del sistema” y esa etiqueta terminó por confirmarse esta semana al quedar absuelta de los delitos que se le imputaban justo a unos meses del término del actual gobierno federal.

 

A diferencia de “La Quina”, Elba Esther Gordillo tiene gran posibilidad de retornar a la vida política, de la que nunca se fue del todo a pesar de estar en prisión.

 

Y es que sus tentáculos se mantuvieron operando a través de familiares y leales, como su nieto René Fujiwara Montelongo, su yerno Fernando González Sánchez, y ex líderes sindicales como Rafael Ochoa Guzmán, entre otras figuras relevantes, quienes por cierto operaron a favor de Andrés Manuel López Obrador y construyeron una sólida estructura magisterial alterna a la que nombraron Maestros por México.

 

El escuadrón elbista encontrará un nicho en el próximo gobierno federal y será ella quien lo dirija, ya sea como titiritera detrás del escenario, o incluso si lo decide de manera formal, aunque esta opción parece poco viable.

 

 

Lo más leído

skeleton





skeleton