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Una vez que se salió con la suya e impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio, Donald Trump se alista para un movimiento mayor, que podría dejar lo de los metales en mera nube para convertirse en un temporal con resultados ominosos.

En México se calcula que los nuevos aranceles ponen en juego los trabajos de 50 mil personas y daños al mercado por más de 1.5 mil mdd (IDIC). Pero en Estados Unidos el impacto negativo será mayor. La organización Trade Partnership calcula que el arancel sí generará nuevos empleos en la industria metalúrgica de EU, con casi 33 mil 500 nuevas plazas. Sin embargo, ante las represalias de Canadá, México y la Unión Europea, la pérdida será mayor en el resto de su economía afectando casi 180 mil empleos. Es decir, EU perderá más de cinco empleos por cada uno nuevo por los aranceles.

Pero eso sería minúsculo ante lo que se viene con la importación de autos, ya que bajo la misma Sección 232 con la que Trump impuso los aranceles al acero y aluminio importado, se revisa el potencial impacto a la “seguridad nacional” que la importación de autos tiene en ese país. Según el secretario de Comercio, WiIlbur Ross, hay evidencia de que “por décadas la importación de automóviles ha erosionado la industria doméstica”. La evidencia es estadística: en dos décadas la importación de autos para pasajeros de EU creció de 32 a 48 por ciento de unidades vendidas en ese país, con una pérdida de 22 por ciento en el empleo en el sector.

Ross, quien tiene un boyante negocio de autopartes, con varias plantas en México, dice que la investigación de la Sección 232 “considerará si el declive en la producción de autos y autopartes en EU amenaza con debilitar la economía de EU, incluyendo la potencial reducción en la investigación, el desarrollo y los empleos para trabajadores especializados”.

Como dicen los expertos del Peterson Institute for International Economics, si Trump impone aranceles de 25 por ciento a la importación de autos, la producción local caerá hasta 1.5 por ciento y se perderían 195 mil empleos en ese país cada año que duren los aranceles. Con ello, la industria de autos y autopartes en EU perdería 1.9 por ciento de su fuerza laboral.

Y si, como en el caso del acero y el aluminio, el arancel se extiende a países socios, como México y Canadá, el impacto económico por las represalias comerciales sería hasta de 200 mil mdd. Así, la pérdida de empleos sería mayor, hasta de 624 mil plazas o 5 por ciento de la fuerza laboral en la industria. El resultado de la investigación de esta Sección 232 está programado para febrero de 2019, pero podría darse antes. Dados los antecedentes en el caso del aluminio y el acero, es muy probable que Trump se salga con la suya y siga provocando una escalada hacia una guerra comercial global.

 

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