El fascismo nos acecha

Es bien sabida la preocupante ascensión al poder de líderes populistas...

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Es bien sabida la preocupante ascensión al poder de líderes populistas en varios países de América y Europa (Estados Unidos y México incluidos). Para comprender lo que está sucediendo en el mundo en este momento, necesitamos reflexionar sobre dos cosas. Una es que estamos en una fase de pruebas. La otra es que lo que se está probando es el fascismo, una palabra que debe usarse con cuidado, pero sin eludirse cuando está tan claramente en el horizonte. Olvídese de "posfascista": pues lo que estamos viviendo es el pre-fascismo.

 

Es fácil descalificar a Donald Trump por ignorante, sobre todo porque lo es. Pero él tiene una comprensión aguda de una cosa: las pruebas de mercado. Se creó a sí mismo en las páginas de chismes de los tabloides de Nueva York, donde la celebridad se fabrica plantando historias escandalosas que luego puedes confirmar o negar según cómo se desenvuelvan. Y se reinventó a sí mismo en la televisión de reality shows, donde las historias se pueden ajustar de acuerdo con los ratings de audiencia. Pon algo ahí afuera, lánzalo, ajústalo, y ve otra vez.

 

El fascismo no surge repentinamente en una democracia existente. No es fácil lograr que las personas renuncien a sus ideas de libertad y civilidad. Tienes que hacer pruebas que, si se hacen bien, tienen dos propósitos. Hacer que la gente se acostumbre a algo de lo que inicialmente pueden retroceder; y segundo, te permiten refinar y calibrar. Esto es lo que está sucediendo ahora y seríamos tontos al no verlo.

 

Una de las herramientas básicas del fascismo es el fraude electoral: lo hemos visto en la elección de Trump, en el referéndum del Brexit y (con menos éxito) en las elecciones presidenciales francesas. Otro es la generación de identidades tribales, la división de la sociedad en polaridades mutuamente excluyentes.

 

El fascismo no necesita una mayoría: por lo general, llega al poder con un 40% de apoyo y luego usa el control y la intimidación para consolidar ese poder. Entonces, no importa si la mayoría de la gente te odia, siempre y cuando tu 40% esté fanáticamente comprometido. Eso también ha sido probado.

 

Y el fascismo, por supuesto, necesita una máquina de propaganda tan efectiva que crea un universo de "hechos alternativos" impermeables a las realidades no deseadas por sus seguidores. Nuevamente, las pruebas para esto están muy avanzadas.

 

Y cuando has hecho todo esto, hay un próximo paso crucial, generalmente el más complicado de todos. Hay que socavar los límites morales, atraer a la gente a la aceptación de actos de extrema crueldad. Al igual que los predadores, la gente tiene que ver y oler sangre. Se les debe dar el gusto por el salvajismo.

 

El fascismo lo hace al desarrollar la sensación de amenaza por parte de un grupo ajeno al cual se le desprecia. Esto permite deshumanizar a los miembros de ese grupo. Una vez que se ha logrado esto, usted puede subir gradualmente la apuesta, trabajando a través de las etapas desde la rotura de ventanas hasta el exterminio. A la gente se le debe dar el gusto por el salvajismo. El fascismo lo hace al desarrollar la sensación de amenaza por parte de un grupo ajeno al cual se le desprecia.

 

Este es el próximo paso que se está probando ahora. Lo está haciendo en Italia el líder de extrema derecha y ministro para el interior Matteo Salvini. ¿Qué pasaría si rechazamos barcos llenos de refugiados? Hagamos una revisión de políticas y empecemos a registrar a todos los gitanos y ver qué reacciones tendrá la sociedad. Y Trump lo ha probado: veamos cómo se sienten mis fanáticos sobre los bebés llorando en jaulas. Me pregunto cómo reaccionará Rupert Murdoch (dueño de Fox News).

 

Al ver, como lo ha hecho la mayoría de los comentaristas y analistas, la traumatización deliberada de los niños migrantes como un "error" de Trump es una ingenuidad perversa. Esta una ejecución de prueba, y la prueba ha sido un gran éxito. El reclamo de Trump de que los inmigrantes "infestan" a los Estados Unidos. Es una prueba de mercado para ver si sus fanáticos están listos para el siguiente paso en el lenguaje, que es, por supuesto, definir a los inmigrantes como "alimañas".

 

Y los resultados son bastante satisfactorios. Hay buenas noticias en dos frentes. Primero, Rupert Murdoch está contento con eso: sus portavoces de Fox News se superaron a sí mismos en comentarios soeces y bárbaros: haciendo ruidos de animales ante la mención de un niño con síndrome de Down, describiendo a los niños llorando como actores pagados. Se fueron de lleno al mierdero diciendo que: incluso los bebés cafés son mentirosos. Esos sollozos de angustia son típicos del comportamiento manipulador de los extraños que vienen a infestarnos, ¿no deberíamos temer a una raza cuyos bebés pueden ser tan astutos y manipuladores?

 

Segundo, a los fanáticos del hardcore les encantó: el 58% de los republicanos están a favor de esta brutalidad. Las calificaciones de aprobación general de Trump son de hasta el 42.5%. Esto es muy alentador para la agenda pre-fascista. El proceso sanguinario ha comenzado dentro del mundo democrático. El músculo que los aparatos propagandísticos necesitan para defender lo indefendible se está tonificando. Millones y millones de europeos y estadounidenses están aprendiendo a pensar lo impensable.

 

Entonces, ¿qué pasa si esas personas negras se ahogan en el mar? Entonces, ¿qué pasa si esos bebés cafés tienen cicatrices de por vida? Ellos ya han, en sus mentes, cruzado los límites de la moralidad. Son, como Macbeth, "aun jóvenes de hecho". Pero las pruebas se perfeccionarán, los resultados se analizarán, los métodos se perfeccionarán, los mensajes se agudizarán. Y luego los hechos tomarán su lugar.

 

Protejamos nuestra libertad con todo nuestro poder democrático y seamos valientes y sigamos luchando para evitar el resurgimiento del fascismo en nuestras sociedades.

 

 

 

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