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El primer debate vino y pasó superando expectativas.

El papel de los moderadores, antes meros tomadores de tiempo, fue la gran diferencia y reconozco el desempeño, inteligencia, preparación y rigor periodístico de mi compañera Denise Maerker, aunque no lo necesite, ahí está su trabajo, a Azucena Uresti que se llevaron al hombre de negro, Sergio Sarmiento.

Los candidatos no entendieron el formato, tiempos y turnos y, por tanto, no los administraron.

Pero la cancha y las reglas eran para todos, ya luego cada quien jugó como quiso o pudo.

En cuanto a la pregunta que me hacen desde el domingo por la noche, y que más se repite, ¿Quién ganó el debate?, respondo: los debates no se ganan, se pierden.

Para mí, como dije desde el domingo por la noche, Anaya revivió y López Obrador perdió por las altas expectativas que se tenían de quien marcha sobradamente a la cabeza en las encuestas.

Y perdió por las formas. Llegó como de malas, no saludó a nadie y así se fue, sin despedirse, parecía sentirse incómodo en el atril y sin su feligresía, su lenguaje corporal así lo retrataba, no respondió nunca lo que le preguntaron, repitió sus frases de hace seis y 12 años —me podrán decir peje, pero no lagarto: no soy un vulgar político ambicioso, la mafia del poder-, y no contestó uno solo de los cuestionamientos. Bueno, uno sí, en el que negó ser dueño de los tres departamentos que, acusó José Antonio Meade, era propietario y sin declarar en su tres de tres, a lo que respondió que era falso y que de ser así se los regalaba. Anoche el ex secretario de Hacienda documentó que en el Registro Público de la Propiedad existen esos tres departamentos a su nombre y no hay declaración de nadie de haberlos recibido en donación, lo que volvió a negar el tabasqueño. No obstante, en el debate López Obrador no perdió uno solo de sus votos duros, no sé en los indecisos.

De Meade, es cierto como admite, que no emociona, lo que acepta al reivindicar que lo suyo son las propuestas de gobierno y sus antecedentes de honestidad, capacidad y preparación.

Margarita, se lo dije ayer, estuvo por debajo de lo que le conozco, tiene y puede mucho más, y Jaime Rodríguez en su rol.

En un primer resumen, fue el mejor debate de los organizados por la autoridad electoral no obstante lo cual habrá que hacerle ajustes en la mecánica.

Y, como siempre, los seguidores de cada uno vieron ganador a su candidato.

Aléguenles.

 

RETALES 

  1. QUIETOS. Lo que quedó claro en el posdebate es que hoy ninguno está dispuesto a declinar a favor de nadie o sumarse a otro candidato; 
  1. REACCIONES. López Obrador dijo ayer que subió a 50 puntos y que llegará a 70 por ciento de la votación; y 
  1. ODEBRECHT. La secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, respondió a Odebrecht, que nunca aportó prueba alguna en su compromiso y disposición de colaborar con las autoridades mexicanas en la investigación de las irregularidades en la ejecución de contratos suscritos por Odebrecht y sus filiales con Petróleos Mexicanos.

 

Nos vemos mañana, pero en privado

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