Twitter, Facebook, Instagram son redes sociales que han entrado en nuestras vidas haciendo que cada vez seamos más dependientes de ellas. Para mí las redes sociales son un tipo de comunicación, información y diversión donde podemos compartir momentos sentimentales, importantes; donde nos podemos expresar hacia los demás sin tener que avergonzarnos obviamente teniendo precauciones, donde podemos pasar un tiempo hablando con amigos o familiares sobre cualquier tema.

Sin embargo y penosamente las redes sociales cumplen hoy el papel de los pasquines y de los anónimos de antaño que hoy ya son críticos excelentísimos, solo que se difunden más rápido y alcanzan a una mayor cantidad de personas. Es verdad que el periodista que expone sus visiones de forma directa o indirecta acarrea cierta imagen de parcialidad. Pero también es verdad que le sucede exactamente lo mismo que a cualquier profesional que firme columnas de opinión.

 

Pocas cosas han cambiado tanto en 20 años como el ecosistema en el que se mueve el periodismo. En ese entonces la forma de trabajar del periodista comenzaba a cambiar, ya que el internet se empezaba a hacer presente en redacción formando a los primeros equipos de reporteros que se encargaban de crear contenido específico para lo digital.

 

Hoy en día las redes cumplen en general tres funciones para medios y periodistas: la primera, la de estar en contacto con lo que sucede; la segunda, la de poder debatir y contactar de forma directa y personal con otros usuarios; la tercera, y quizá más relevante, la de ser un escaparate de contenido.

 

Sin duda considero que el surgimiento del periodismo digital además de traer una tonelada de críticas y consideraciones, al mismo tiempo que miedos e incertidumbres, ha generado que la figura del periodista se reinvente y se vuelva a consolidar en la sociedad.

 

Por ello, es una realidad que el periodismo debe reinventarse y gracias al creciente periodismo digital lo está consiguiendo, desde mi humilde visión pienso que los nuevos medios van a traer la forma y el fondo que necesita y está pidiendo a gritos el periodismo, necesita frescor y un gran proceso de despolitización.

 

Robert Hernández, profesor de periodismo en la Universidad de California del Sur decía “no es momento de juzgar si es bueno o malo estar en las redes sociales. La realidad es que hay que estar en ellas”. Sea como sea, el hecho es que los jóvenes ya no se informan como lo hacían sus padres. Con la era digital todo está cambiando muy deprisa y las redes sociales están asumiendo un rol protagónico.

 

La funcionalidad de las redes sociales se consigue cuando el periodista deja de seguir a gente que no aporta nada para su trabajo, y en su reemplazo empieza a crear listas en Twitter, comunidades de gente que pueden ser fuente de datos de acuerdo con la sección que cubre; por ejemplo, los del área política deben seguir a líderes específicos, puesto que estos en la red tienen voz, también deben identificar líderes de opinión y personas claves en cada uno de los temas.