La Inquisición antigua y la actual

El término “Leyenda Negra” fue acuñado en Europa en especial para referirse al reinado de Felipe II

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El término “Leyenda Negra” fue acuñado en Europa en especial para referirse al reinado de Felipe II de España. La publicidad negativa de sus enemigos, la poca gestión del Rey para hacerse de una buena imagen, su fanatismo religioso y las comunicaciones interpersonales fueron incrementando esta mala fama a niveles impactantes. El “demonio del mediodía” le llamaban en Francia y su vínculo expreso y abierto con la tristemente célebre inquisición no hicieron más que acrecentar lo lamentable de su legado. En tiempos recientes, sin embargo, se ha ido echando luz encima de la historia, los villanos trastocan su cara a humanos y los asesinos de antaño pasan a ser meros fiscales fanáticos a comparación de los genocidas de hoy en día.

En ese momento histórico la religión y la política estaban íntimamente conectadas, no había movimiento religioso que no tuviera intenciones políticas ocultas. Durante el surgimiento del protestantismo en Alemania en el Siglo XVI su ímpetu fue usado por los gobernantes locales tanto alemanes como holandeses para adquirir más poder. Bajo el reclamo desesperado de la humanidad ante los atropellos de la iglesia y la venta de perdones papales se ocultaron varios poderosos que también usaron esta fe como modo de separarse de sus dominios imperiales, los alemanes se querían separar del Sacro Imperio y los holandeses de España. A todo esto, hay que sumarle que los gobernantes de esa época eran precisamente eso: de esa época. Su visión del mundo a nuestros ojos era enfermiza y cruel. Sin embargo, vivían completamente convencidos que su papel en la tierra era salvar a toda la humanidad de lo que ellos consideraban como pecado y la única manera de salvar a la gente del pecado era perseguirlo mediante la Inquisición. El Santo Oficio como buena ley antinatural lanzó a personas entre una misma familia a luchar y polarizó la sociedad en uno de los experimentos más crueles que se han cometido, las víctimas no sólo fueron los ejecutados sino también los expropiados, y los encarcelados. Sin embargo, no es muy diferente de las interacciones sociales en regímenes totalitarios actuales que del mismo modo persiguen demoníacamente a todo el que piense diferente y adormecen a sociedades enteras de que la maldad que llevan a cabo, a la larga, es para el bien de todos.

Me resulta curioso que a cualquier chico de prepa se le pregunte por la Inquisición y abra los ojos con espanto ante el demonio que asoló la humanidad por más de 300 años y no se enseñe en las escuelas al demonio del totalitarismo populista que durante el Siglo XX victimizó a más de 200 millones de personas y nadie habla de eso con los ojos abiertos de terror. Sin embargo, el gran villano histórico es la Inquisición, se enseña a los jóvenes a alejarse de la intolerancia religiosa pero no de la intolerancia política. Vemos con desidia las historias de la KGB, de la Stasi, de la Seguridad de Estado Cubana, del SEBIN venezolano. Pero los villanos de la intolerancia son curas envueltos en capuchas negras que victimizaron a menos de un millón de personas según números conservadores y hay estudios que fijan la cantidad de ejecutados en menos de 5 mil. Un millón contra 200 millones, vamos ganando.

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