La peligrosa coalición PRI-Verde-Panal
Puede tener vigor competitivo si aciertan en el lanzamiento de sus ‘gladiadores’.
La voracidad de pirañas y el exceso de confianza de panistas y perredistas –con su postre de vanidad y autosuficiencia suicida– los han colocado en una situación comprometida rumbo a los comicios locales y federales de 2018, por tener muy poco que ofrecer a los electores que no se cansan de defraudar.
Mientras Morena se inclina a menudo por el desastre en el reparto de candidaturas, la inminente coalición PRI-Verde-Nueva Alianza puede tener vigor competitivo si acierta en el lanzamiento de sus gladiadores; cada partido de esta coalición cuenta con figuras interesantes acostumbradas a jugar en serio, pero en la cumbre los priistas locales se tendrán que poner de acuerdo para dejar de rechazarse y combatirse.
En la capital del estado –Chetumal– sigue pesando el ácido recuerdo de las andanzas del ex gobernador priista Roberto Borge, cuya simple mención desata náuseas y todo tipo de maldiciones; el rechazo contra Beto Borge se mantiene como acto reflejo en el sur, pero se irán abriendo paso priistas con una carga de pecados heredada por militar en el PRI y con trayectoria ajena a Borge, quien por ironías del destino aportó su tonelada de ladrillos para posibilitar la alternancia.
El PRI cuenta con una diversidad de figuras para competir en 2018; sus cuadros están en todos los partidos, y lo más curioso es que no dejan de ser priistas por sus desplazamientos en otros cuarteles donde seducen a sus anfitriones, colocándolos a su servicio con un simple gesto.
Para todos los partidos desembocar en un priista de origen es un paso inevitable; contemplen la situación de los morenos de juego con sus priistas reclutados en racimo, incluida Marybel Villegas Canché, cuyo potencial huracanado en Cancún es irresistible.
La coalición PAN-PRD es un espantapájaros invadido por los cuervos; en su doble bullpen no hay lanzadores que garanticen triunfos contundentes, una tragedia porque son los partidos oficiales y están obligados a garantizar triunfos en varios frentes.
Restregar el borgismo a todas horas tiene un efecto focalizado en Chetumal, pero las culpas de los capturados e impunes no serán asimiladas electoralmente por priistas que no participaron en el saqueo industrial y que decidieron replegarse por estrategia, apartándose de la cruel tormenta.