Por los ausentes en Navidad

Como ya es costumbre en el país, desde mediados del mes diversas instituciones activaron operativos...

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Como ya es costumbre en el país, desde mediados del mes diversas instituciones activaron operativos para brindar seguridad en carreteras y destinos turísticos, además de reforzar la vigilancia en las ciudades, para que la gente disfrute sus paseos o realice actividades y/o compras de esta época en un ambiente de tranquilidad; esta vigilancia se extrema en el último día del año cuando, según las estadísticas, lamentablemente se incrementan los accidentes y hechos violentos.

Inmersos en esa vorágine de compras, visitas en casa, posadas, preparativos para la Nochebuena y Navidad, a veces olvidamos que muchas personas no pueden pasar esos días especiales en sus hogares, algunos porque carecen de un techo, y otros porque sus empleos les demandan estar a kilómetros de distancia o de guardia, como miles de policías, médicos, paramédicos, enfermeras, rescatistas y bomberos –entre otros servidores públicos.

Por cierto, el martes, en los festejos por el Día del Policía en Yucatán (en otros lugares, como Quintana Roo, se les celebra en enero) se reconoció, por parte del Gobierno, líderes empresariales y representantes de las fuerzas armadas, la invaluable labor de hombre y mujeres que incluso exponen sus vidas para que usted, yo y toda nuestra comunidad vivamos en un ambiente de paz y tranquilidad que ha colocado a Yucatán como el Estado más seguro del país. Realmente tenemos una buena policía, capacitada y con el respaldo del Gobierno estatal.

Hasta hace unos años, a bordo de los buques de la Armada de México era común que el 24 y el 31 de diciembre, quienes salían francos colaboraran para la cena de Nochebuena y de fin de año de los compañeros que se quedaban de guardia; además algunos despenseros preparaban algo especial, diferente al menú cotidiano del “rancho”. En puerto, a veces se hacían concesiones para que los solteros relevaran de las guardias a los casados para que éstos compartieran esos momentos con sus familias.

Algunos comandantes llegaban por la noche, en ocasiones con sus esposas e hijos, para brindar, degustar los bocadillos y la cena y departir con la tripulación. Esos breves acaecimientos, así como los días de navegación sin tocar puerto, dan a los integrantes de la Marina el distintivo de familia naval, porque esa convivencia exalta el espíritu de cuerpo, decanta la camaradería y la hermandad de los hombres de mar, que pervive más allá de las travesías.

El mismo ritual de la “coperacha” y visita de los mandos se repetía el día 31, con el agregado de que, al llegar el Año Nuevo, se hacían sonar las sirenas de los barcos acompañando las celebraciones en el puerto donde estuvieran fondeados o atracados; incluso vivimos un brindis en altamar, con la compañía de una luna plateada y la estela de nuestro guardacostas surcando las aguas del Pacífico mexicano.

Con estos recuerdos queremos hacer un reconocimiento a quienes estos días están ausentes de sus hogares cumpliendo con su deber para que otros celebren en casa y reciban la Navidad y el Año Nuevo con renovadas esperanzas. ¡Muchas felicidades!

“El cuento… y no de Navidad”

A principios de semana, el Presidente López Obrador recordó un caso ocurrido en el colegio Enrique Rebsamen tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México. “Yo recuerdo el caso de la niña Frida Sofía (sic) que inventaron cuando el temblor. Con los medios, imagínense, ese montaje. Y tenían sometida a una institución, a la Secretaría de Marina para manejarlo como un espectáculo y tener rating, con un poder total para que una secretaría estuviese apoyando ese montaje, inventar el nombre de la niña. Afortunadamente un almirante, en contra de las órdenes superiores, pero con mucha dignidad, dijo: ‘Esto es una farsa, no existe, no está la niña’. Y entonces se genera una polémica y tienen que ofrecer disculpas los almirantes, los obligan, casi les dieron un guion. Así era”

En los Acaecimientos del 27 de octubre de 2018 ("Frida y los almirantes"https://sipse.com/novedades-yucatan/opinion/columna-daniel-uicab-alonzo-acaecimientos-314486.html) nos referimos así al caso:

“El emblemático caso de la niña Frida del colegio Rébsamen, que se tomó como símbolo en los primeros días posteriores al sismo del 19 de septiembre de 2018, y que pareció confrontar a dos altos mandos de la Marina, parece que impactó en las aspiraciones de dos almirantes que se enfilaban para encabezar la Secretaría de Marina: Ángel Enrique Sarmiento Beltrán y José Luis Vergara Ibarra. El protagonismo dominó en momentos en que rescatistas y medios mantuvieron a la nación en vilo con la historia de Frida. Sarmiento Beltrán ofreció una disculpa por informar que la Marina no contaba con detalles de una supuesta menor atrapada en la zona, desmintiendo a Vergara Ibarra, que había dado a conocer dónde se encontraba Frida y la estrategia para llegar a ella. El final del cuento es conocido: no hubo tal niña, pero el desencuentro pareció influir en el naufragio de las aspiraciones del subsecretario y del oficial mayor de la Semar”.

¿Habrá algún mensaje cifrado en el comentario del Ejecutivo?

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