Con decenas de expedientes sin resolver acumulándose en su escritorio, el Fiscal Miguel Ángel Pech Cen está obligado a dar resultados concretos en la investigación del asesinato del chetumaleño Marco Aurelio Gutiérrez, esposo de la ex gerente de Liconsa, Karla Blancas Pizaña, detenida por la Fiscalía General como probable responsable de ese homicidio que sacudió a esta capital.

Y es que por el elemento político que conlleva dicha investigación –la pareja era ampliamente conocida en Chetumal–, el caso tiene un potencial explosivo que obliga a las autoridades a no errar el paso, porque si la investigación se derrumba la endeble credibilidad de la dependencia quedará en harapos.

La Fiscalía como organismo investigador arrastra una pésima reputación ante los quintanarroenses por su insultante ineficiencia –resuelven menos del cinco por ciento de los casos denunciados– y sus constantes abusos contra la ciudadanía.

La Policía Ministerial destaca en quejas recibidas por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, hasta donde han llegado decenas de denuncias por detenciones arbitrarias, trato cruel, lesiones y tortura.

Por supuesto que estos datos negativos no son nuevos y no se le puede achacar la culpa de estos vicios arraigados en la dependencia a Pech Cen, pero es su responsabilidad mejorar esa mala imagen en su gestión, lo que no está ni cerca de lograr.

Consciente de las vulnerabilidades de la Fiscalía, la defensa de Karla Blancas Pizaña ha emprendido un duro contraataque de forma pública, cuestionando el proceso de investigación y sembrando la duda sobre los movimientos de la Fiscalía en este delicado caso.

La Fiscalía ha mantenido una postura sigilosa sobre el tema, revelando solo algunos detalles que serían suficientes para mantener en detención a la ex funcionaria federal que figuró repentinamente en el gobierno de Roberto Borge.

El Fiscal Miguel Ángel Pech sabe que si por una investigación mal sustentada, o peor aún, por un error procesal, el caso se le derrumba y su prestigio como encargado de la procuración de justicia también se irá al precipicio.

No, el Fiscal no se puede dar el lujo de salir mal en este complicado examen, sobre todo en estos momentos cuando está urgido de ofrecer resultados de su trabajo que hasta el momento ha sido nulo a la hora de resolver los múltiples delitos de alto impacto que se han registrado en la entidad en el arranque de 2017.