Para resucitar al PRI

Como es sabido, Ulises Ruiz Ortiz, gobernador de Oaxaca de 2004 a 2010...

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Como es sabido, Ulises Ruiz Ortiz, gobernador de Oaxaca de 2004 a 2010, está buscando la dirigencia nacional del desastrado PRI, que con 47 de 500 asientos se quedó en el tercer logar de representación en la Cámara de Diputados, lo que representa un paupérrimo 9.4 por ciento.

Así de terrible fue la felpa que se llevó el otrora partidazo en la elección del 1 de Julio, en la que Morena –with a little help from his new friend PVEM– conquistó la mayoría simple con 51 por ciento de las curules dejando al PAN bastante lejos, con el 15.8.

¿Qué hacer con una derrota tan escandalosa del partido que durante el Siglo XX gobernó durante 71 años más seis de Enrique Peña Nieto que están a punto de terminar? Ulises Ruiz ha visitado ya 12 estados –Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, y este fin de semana Quintana Roo– para exponer su plan de redención que más bien sería algo así como el renacer del ave fénix.

La paupérrima cosecha en la última elección de diputados indica que el PRI está en articulo mortis, no exánime, pero sin duda rescatarlo sería una tarea hercúlea, pues la derrota no solo reflejó el rechazo del electorado mexicano sino la descomposición y ulterior repudio de la militancia a las decisiones cupulares. Hoy el Morena casi tiene más priistas que el PRI.

¿Qué decepcionó a propios y extraños? La errática conducción presidencial, con escandalosos casos de corrupción que partieron desde el de la Casa Blanca pasando por los favores a la constructora de la misma –Grupo Higa, que también vendió una mansión a Luis Videgaray Caso, todavía canciller y uno de los pilares del sistema–, el apapacho a gobernadores corruptos como el veracruzano Javier Duarte Ochoa y el quintanarroense Roberto Borge Angulo –ambos encarcelados– y la “estafa maestra”, relacionada con la transnacional corruptora de varios gobierno nacionales Odebrecht, hasta el vergonzoso cuanto mortal socavón de la autopista México-Cuernavaca, además de algunos milagritos colgados al presidente, quien los manejó con lujo de torpeza, como el caso de las 43 desaparecidos de Ayotzinapa.

Pero para los empeños de Ulises Ruiz la debacle tricolor viene también de que entre el presidente, los señorones que encumbró –hoy son legisladores federales plurinominales– y el peor presidente del CEN de la historia, Enrique Ochoa Reza, excluyeron a la militancia real para incrustar dirigentes y candidatos ajenos al PRI, incluyendo al presidencial José Antonio Meade Kuribreña, aporreado en las urnas.

Lo interesante es que el principal remedio que plantea Ulises Ruiz es justamente algo que en lo que va del siglo se descartó porque supuestamente devenía en pleitos internos, heridas y divisionismo: la elección directa por la militancia tanto para las dirigencias como para las candidaturas, evitando así compadrazgos, amiguismos y compromisos que hacen que los notables arrebaten las posiciones a los priistas de carrera. Bueno: algo tiene que hacerse y he aquí una primera propuesta.

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