De bajas escandalosas

Los ahora ex titulares de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Los ahora ex titulares de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y del Instituto Mexicano del Seguro Social salieron abruptamente de sus encargos en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador días antes de que la administración llegue a los seis meses. En ambos casos, la disciplina presidencial indica posibles rasgos de la legendaria intolerancia del mandamás, aunque también se percibe un inusitado rasgo de congruencia, extrema rara avis en la política mexicana, que en todo caso nos parece muy positivo.

 El caso más preocupante y negativo, aunque, paradójicamente, no se trate de una novedad en este gobierno de violentos recortes presupuestales marca Tea Party –organización de la ultraderecha estadounidense, adoradora de la reducción del gobierno– para el país y los estados, de programas, de dependencias y de puestos laborales, es el de la renuncia de Germán Martínez Cazares a la dirección del IMSS.

 Que a posteriori más serenas reflexiones prácticas llevaran al michoacano a mutar de la ira hacia un vergonzante “a la bio, a la bao, a la bim bom ba” para Andrés López y el Morena –partido por el cual vuelve a su escaño en el Senado– no quita la terrorífica crudeza de su famosa carta de renuncia, en donde, aunque lo políticamente más escandaloso fue su acusación a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, lo que nos debe preocupar a los mexicanos es la política de gasto del gobierno federal y que los caprichos de su jefe importen más, verbigracia, que la salud de la población desprotegida, pobre: justo la inversa de lo que dijo que sería su prioridad de gobierno.

 Lego de la misiva en la que el ex presidente nacional del Partido Acción Nacional consideró la imposibilidad de que la institución emblema de la salud pública de México, que fuera modelo mundial y hoy se está derrumbando, pueda operar con criterios extremos de ahorros, recortes y rediseños que acertadamente calificó como propios del neoliberalismo –la bestia negra del presidente–, varios médicos del sector público alzaron la voz, y se revelaron datos como que esta administración suspendió el outsourcing de enfermeras y unidades de anestesia en un importante hospital pediátrico oncológico, con lo que dejará de practicarse más de la mitad de las cirugías.

 Es claro que habrá niños que mueran por esta decisión de corte ultraderechista, pues el cáncer no tiene interés en la austeridad republicana.

 En el otro tema, quedará la duda acerca de si fue el presidente o algún otro funcionario de primer nivel quien “ordenó” a Aeroméxico retrasar el despegue de un avión para que abordara Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, titular de la Semarnat, que estaba retrasada en su trayecto al aeropuerto. Tal vez fue la culpa de ella no llegar a tiempo para abordar el vuelo comercial, pero es casi seguro es que la orden vino de arriba.

 En la atinente misiva en el tono burocrático en boga –donde la expresión “cuarta transformación” se usa, como ya es canon, en tono hierático– asume toda la responsabilidad del escandalito, exculpando a la Presidencia. Tal actitud tiene su mérito moral, sin duda, pero llama la atención que tanto ella como su ex jefe Andrés Manuel insisten en el término congruencia: sin importar quién lo ordenó, convertir un avión comercial en uno privado, afectando a decenas de pasajeros, es mucho peor que usar vuelos privados para cubrir necesidades, gustos y hasta placeres de los servidores públicos.

 López Obrador admitió que la salida de la integrante de su gabinete quizá fuera una decisión severa, pero hay que reconocer que era la única medida consecuente con su oferta de terminar de tajo con los privilegios de la alta burocracia.

Sí: eso fue ejemplo de congruencia.

Lo más leído

skeleton





skeleton