Alito: a salvar al PRI

Cierto es que el PRI no pide queso, sino salir de la ratonera, y ese ha sido el tema recurrente...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cierto es que el PRI no pide queso, sino salir de la ratonera, y ese ha sido el tema recurrente durante las giras de los aspirantes a dirigir al instituto político a nivel nacional. Por lo menos los dos candidatos que se en cada plaza han buscado calar más allá del mitin clonado ciudad por ciudad reuniéndose con líderes de opinión y periodistas, el oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz y el campechano Alejandro Moreno Cárdenas, que acaba de visitar el norte de Quintana Roo, así lo admiten. La exgobernadora de Yucatán Ivonne Ortega Pacheco está en la misma frecuencia.

Los resultados electorales para el Partido Revolucionario Institucional en las pasadas elecciones federales fueron muy malos, y en las de diputados a la XVI Legislatura de Quintana Roo la cosa fue apenas un poco mejor, incluso con un triunfo en Cozumel.

El Tricolor fue barrido de manera inmisericorde por el Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque si nos olvidáramos de los pequeños partidos-rémora que algo sacaron de las coaliciones, compitiendo en solitario en términos reales el PRI acaba siendo la tercera fuerza político electoral del país, detrás del PAN.

El hasta hace un par de semanas gobernador de Campeche y actual aspirante a la presidencia nacional priísta, Alejandro “Alito” Moreno, en una comida con una veintena de columnistas de Quintana Roo celebrada el viernes en Cancún, reconoció lo anterior, pero insistió, con base en los datos que indican que su partido gobierna a más mexicanos que los demás, en que es falso que el PRI esté muerto o en articulo mortis: diríamos que está en la sala de terapia intensiva.

Podríamos aclararle al gobernador con licencia Alejandro Cárdenas que la estadística de posiciones de poder en la que el PRI ciertamente estaría adelante en los números no reflejan la realidad política actual, que por cierto acabamos de vivir en Quintana Roo con la elección de diputados a la XVI Legislatura, muy sintomática porque fue la primera junto con las de otros cuatro estados con Andrés López ya instalado en la silla presidencial: la coalición encabezada por el Morena y sus aliados PT y el eterno oportunista PVEM ganó en 11 distritos, mientras el PAN obtuvo dos curules y el PRI se llevó la solitaria del honor para el distrito de Cozumel, en la persona del ex alcalde y también exdiputado Carlos Hernández Blanco. Más o menos así está el balance político del país, pero Quintana Roo recuerda algo más de su pasado fundacional 100 por ciento priista.

Así como comprobábamos que aunque el presidente padece de una leve disminución de su enorme popularidad —que por cierto a todos les sucede al poco tiempo de tomar las riendas: los “chairos” de corazón son por naturaleza opositores y no se sienten cómodos en el poder, aunque también han empezado las decepciones— sigue siendo con mucho el hombre fuerte del país, pero también le creemos a Alito, para muchos el más perfilado para encabezar el CEN priista, que el villano favorito de la política mexicana del siglo XX está disminuido, pero tiene esperanzas y es para lo que él ofrece trabajar.

El PRI fue el partido único durante 71 años: desoyó las voces de alerta de propios y extraños y ahora anda arrastrando la cobija. El otrora prometedor PRD fue la tercera fuerza electoral y ahora está al borde de la extinción, al grado de que con tan pocos senadores perdió el derecho de formar fracción parlamentaria: Caronte se frota las manos.

Los discursos de Ortega, Ruiz y Moreno son casi idénticos, y no faltan las palabras “militancia”, “bases” y “democracia”, pero el campechano dejó claros a la opinión pública de Quintana Roo algunos puntos concreto: como presidente conformaría una especie de Tucomo (Todos Unidos Contra Morena) en el Congreso de la Unión, pero en lo electoral se acabarían todas las alianzas, no solo las “contranatura”. Eso nos gustó.

Alito se dice capaz de alejar al PRI de la Luz que brilla al final del túnel. Veremos, primero si gana y luego si rescata al PRI.

Lo más leído

skeleton





skeleton