Teresa Pére/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- José Juárez Gil, mejor conocido por los cancunenses como “Pepe Tigre”, lleva tres días cuidando a un jaguar hembra, a quien llama “La Negra”. Su rostro luce cansado, pues no se ha movido de su Grand Cherokee, verde botella.

En su mirada se refleja la esperanza de recuperar su ejido que había sido utilizado para conservar a especies en peligro de extinción. Al mediodía, “Pepe Tigre” no lograba entender la razón de desapoderarlo de sus tierras. Abrazaba al jaguar y le pedía que bajara de la camioneta. “La negra” obediente se puso debajo de sus pies. Poniéndole sus patas encima jugueteando un poco con sus botas.

La salud de Juárez Gil comienza a deteriorarse, pues llevaba varios días sin regresar a su hogar. No había probado alimento, temía que al salir le construyeran la barda y no le permitieran entrar: “No voy a salir de aquí hasta que las autoridades vean el delito que cometen ellos”.

Aún con su paso débil por el cansancio no dejaba de luchar por lo que creía justo. Veía sus años de trayectoria al cuidado de las especies en peligro de extinción abolidos. Permaneció en el kilómetro 12.5 del bulevar Luis Donaldo Colosio para recuperar su terreno, el cual dijo le fue despojado en el 2011.

Saúl Juárez Sánchez es encargado de la obra en dicho predio. Refirió que levantan una barda para delimitar el lugar. El ejido pertenece a Diego Morales Chávez, y expresó que el señor (José Juárez Gil) tenía hasta la tarde de ayer para salirse, de lo contrario levantarían en su totalidad la barda.

Juárez Gil es conocido por proteger animales exóticos como tigres y jaguares. “Este predio que ahora me están arrebatando está certificado por Unidades de Manejo Ambiental (UMA). “Sólo quiero conservar mi propiedad para beneficio de los cancunenses. El lugar había sido destinado para un zoológico y es lo que quiero dejar a mi pueblo”.

En 2011, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), le retiró ocho tigres y dos jaguares, los cuales fueron trasladados a diferentes zoológicos, pues argumentaban que dichos animales presentaban desnutrición con niveles de entre 30 y 40% por debajo del peso idóneo.