Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La ocupación de los pequeños hoteles por parte de turistas europeos se desplomó en Playa del Carmen, al alcanzar únicamente mil 50 habitaciones durante el pasado verano, que representó 700 menos que el año pasado, según el reporte actualizado de la temporada vacacional.

Andrea Lotito, vicepresidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, informó que pese a que la disminución del mercado europeo (bajó de 50 a 30%), los del viejo continente siguen aportando una de las estancia más largas de hasta una semana, lo que en combinación con el turismo nacional, principalmente, les generó un 60% de ocupación en esa temporada, es decir dos mil 100 de las tres mil 500 habitaciones que tiene aproximadamente el sector de los pequeños centros de hospedaje.

“En los primeros años de Playa del Carmen, el turismo europeo alcanzaba un 90% en el verano, pero poco a poco ha venido a menos. El año pasado en el verano tuvimos habitaciones todavía con un 50% de ocupación de países europeos, pero con menos nacionales, pero este año ya fue diferente por la combinación de varios factores ya conocidos”, dijo.

Los ingleses y españoles fueron los principales mercados del viejo continente que se hospedaron en las tres mil 500 habitaciones que tiene el sector de los pequeños hoteles.

Lotito destacó que, por otro lado, el turista mexicano tuvo una mayor participación, gracias a los congresos y viajes de grupos, regularmente de carácter laboral, que durante septiembre hacia finales del verano tuvieron estancias de hasta 10 días.

“En nuestras estadísticas podemos prever que el turista nacional nos puede aportar un 30% en esta temporada, algo muy interesante que no pasaba; hay que señalar que hubo una variedad de tipo de turistas porque unos hicieron un gasto mayor con un poder económico mayor, pero de todas maneras cubrimos todas la necesidades”.

Consultado sobre si los turistas nacionales prefieren las rentas vacacionales, dijo que eso pasa cuando los viajes son en grupos de amigos y familiares, pero no sucede con los viajes de negocios o de congresos.