Eva Murillo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Cerca de 15 perros viven en los manglares de Tajamar desde hace más de dos años, algunos de ellos fueron abandonados por sus dueños en esa zona y otros más se han les han unido o incluso han nacido ahí.

Aunque hasta el momento no han presentado actitud agresiva hacia quienes acuden a realizar actividades en esa zona, aunque por su condición feral suelen defender su territorio con ladridos.

Roberto García Villalobos, integrante de la fundación Por un mejor Quintana Roo, la cual acaba de iniciar una campaña en defensa de los derechos de los animales, apuntó que los canes podrían correr peligro por las amenazas que algunos transeúntes les han lanzado.

“Los animales han estado en ese territorio por más de dos años, por eso lo sienten suyo y cuando otro perro o una persona está cerca les ladran y ellos responden diciendo que los van a envenenar”.

(Eva Murillo/SIPSE)

Aunque la jauría se mueve por todo Tajamar, el sitio que habitan constantemente está frente a las instalaciones de la Secretaría de Administración Tributaria (SAT).

La mayoría de los perros son criollos y de edad avanzada, algunos de ellos ya no tienen dientes, por eso es difícil que las personas accedan a adoptarlos.

Las condiciones de salud son aceptables, pues dos ciudadanas con recursos propios han logrado ‘cazar’ a la mayoría de ellos y los esterilizan además de desparasitarlos y aplicarles las vacunas básicas.

“Hace dos años vimos que habían perros con correa y su comportamiento era más dócil con los humanos, por eso pensamos que sus dueños los fueron a abandonar ahí”.

Las personas que saben la existencia del grupo de perros dejan recipientes con agua y alimento para ellos, además de que uno de los restaurantes de la zona también les regala comida.

En ocasiones el grupo se reduce, pues algunos de ellos son nómadas y se mueven hacia otras partes de la ciudad en busca de comida o porque están en celo, aunque finalmente regresan a Tajamar.

Las nuevas camadas han sido rescatadas para darlas en adopción y evitar que la jauría aumente, pues por cuestiones de sobrevivencia no descartan que cacen a los zorros u otro tipo de animales pequeños que habitan en el área.