Las colonias de coral, ubicadas a lo largo de más de mil 100 kilómetros de costa quintanarroense, perdieron este 2022 más del 50% de sus ejemplares, que incluye la desaparición de al menos tres especies.

María del Carmen García Rivas, directora del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, explicó que a inicios del año se perdieron poblaciones de coral cerebro, montaña y columna, debido a la enfermedad del síndrome blanco, al que actualmente es susceptible más del 80% del sistema coralino.

“Esta enfermedad es básicamente el desprendimiento constante del tejido que forma su estructura, lo que lo debilita al punto de fragmentarse totalmente, y es causada por las aguas negras de la zona urbana, así como también por la putrefacción del sargazo, del cual se requieren montículos de al menos cinco metros de ancho para afectar una colonia”, explicó.

Asimismo, la directora señaló que el tiempo mínimo para la destrucción de un coral por síndrome blanco es de cuatro meses, cuando el nivel de crecimiento es de uno a dos milímetros por año, y su tiempo de reproducción es a partir de los cinco o seis años.

Ante la vulnerabilidad del arrecife y sus daños, los especialistas no han podido recuperar ni el 10% de lo que se perdió.

De acuerdo con el programa “Arrecifes Saludables para Gente Saludable”, Quintana Roo tiene 60 de los 234 sitios con colonias de coral que conforman el Sistema Arrecifal Mesoamericano, pero 55 de ellos tienen condiciones de salud moderadas a críticas debido a una baja ocupación de peces, una concentración de 25% de alga por sitio, y una de coral menor al 10%.

“A medida que hay menos colonias es más difícil encontrar fragmentos que puedan rescatarse y cultivarse en viveros de coral”, dijo García Rivas.

Asimismo, comentó que para este año se han recolectado 350 fragmentos de al menos dos especies, para rescatarlos por medio de los más de tres viveros especiales ubicados en el Parque Nacional Isla Contoy, y en Puerto Morelos, con el propósito de rescatar la barrera arrecifal del estado.

“Se pretende que nuevos fragmentos sean sembrados en colonias aisladas de aproximadamente 70 metros de ancho y 20 de largo, en una extensión de 20 kilómetros de largo por uno de ancho en todo el estado, pero aunque esto no representa ni el 0.001 de todo el arrecife, se siguen buscando voluntarios para su capacitación y apoyo en el rescate de nuestro frágil ecosistema”, dijo.