Edgardo Rodríguez/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Productores de caña y el ingenio San Rafael de Pucté prevén que la meta de un millón 852 mil toneladas de caña no pueda cumplirse debido al retraso que aún persiste y se estiman pérdidas por encima de los 200 millones de pesos a consecuencia de la baja producción de azúcar local.

De acuerdo con varios productores, tanto la fábrica como los cañicultores se encuentran acelerando la producción de caña a fin de lograr cosechar la mayor superficie posible antes de la llegada de las lluvias, no obstante, según los estudios y análisis del campo se estima que sólo se pudiera llegar a un millón 400 mil toneladas en el mes restante de producción.

Cifras que alarman

Y es que desde el inicio de la zafra 2013-2014, los cañeros de la entidad tuvieron que afrontar varios problemas como el caso de las lluvias, las cuales cayeron de manera constante y presentaron márgenes históricos por encima del volumen que se presenta en todo un año, por lo que las organizaciones de productores declararon un año totalmente atípico de precipitaciones.

Según datos del Comité de Producción y Calidad Cañera, a principios de la zafra se esperaba un volumen de un millón 952 mil toneladas de caña, no obstante, a raíz de las lluvias el estimado bajo a un 100 mil toneladas y se ubicó en un millón 852 mil; ahora con el final cercano de la zafra se prevé que sólo puedan lograr alrededor de un millón 400 mil toneladas.

En base al análisis de los productores, de llegar al millón 400 mil toneladas se estarían dejando 452 mil toneladas en el campo que tendrían un nivel de azúcar de 80 kilogramos por tonelada significarían la pérdida de alrededor de 36 mil 150 toneladas de endulzante que no se obtendrían y, según el valor actual de la tonelada de azúcar de seis mil 990 pesos, se estarían perdiendo 252 millones 758 mil 400 pesos.

Ante esta situación, los productores de caña señalan que estás pérdidas los afectarían de manera directa, ya que varios agricultores se quedarían sin cosechar parte de sus parcelas y tendrían un bajo nivel de azúcar, por lo que la industria no tendría recursos para solventar gastos y cobraría créditos, lo que propiciaría una crisis más aguda en la región.