Partidos políticos y el 2018

Como sabemos, en aproximadamente seis meses se celebrarán elecciones en nuestro país para renovar la Presidencia de la República.

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Desde reflexiones en torno a la sucesión presidencial, pasando por la importancia de la participación de los jóvenes en los distintos procesos hasta el riesgo de que sea fragmentada la votación debido a tantos candidatos independientes, son parte de los análisis que ya  están haciendo con miras a las elecciones del 2018.

Como sabemos, en aproximadamente seis meses se celebrarán elecciones en nuestro país para renovar la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión y la reelección en ayuntamientos. Estos seis meses representan para las instituciones involucradas en el proceso electoral un espacio de tiempo para persuadir a los millones de ciudadanos para que salgan a votar y vencer el lacerante abstencionismo, mal endémico que nos ha aquejado en las jornadas electorales anteriores, tanto del orden federal como local. De entrada el panorama para el PRI no es nada favorable para este año. Todos lo sabemos. Si el PRI no se renueva con acciones concretas, conjugando a la sociedad, empresarios, a la familia y que verdaderamente dé un panorama político adecuado, no creo que gane las elecciones que se avecinan.

Lo cierto es que tanto políticos como ciudadanos en gran número coinciden en que el panorama electoral para el próximo año es incierto. Aunque también refieren que la ventaja por ahora la tiene el partido Morena, tanto por su crecimiento en el proceso electoral pasado, como por la presencia de su líder nacional. Para las campañas y para la elección faltan meses y en ese lapso van a ocurrir muchas cosas que influirán de manera determinante en la preferencia del electorado, como ya ha sucedido antes.

En la capital del estado Luis Torres Llanes, cobijado por el PAN y el PRD, tiene amplias posibilidades de reelegirse; se ve muy difícil que el PRI nombrando a alguien del sexo masculino pueda darle pelea al actual edil capitalino, claro está, siempre y cuando que este último decida reelegirse.

Algo que deben de tener muy en cuenta quienes decidan postularse es el que ganar una elección no es sólo ganar una campaña política, no es necesariamente contar con una gran estructura burocrática o contar con los mejores operadores políticos, es más bien, ganar la simpatía de la gente, de los electores y para ello son necesarias diversas acciones que generen bienestar a la población en general.

El 2018 no será un año electoral típico, es desde el 4 de marzo pasado un preámbulo a un año de proceso electoral atípico completamente, porque por primera vez se permitirán candidatos independientes ciudadanos, es decir sin la postulación de un partido; los partidos en su desprestigio arrastran otras instituciones. Así pues, tenemos que las principales fuerzas políticas contendientes para la renovación de la Presidencia, del Congreso de la Unión, de algunas gubernatura, congresos estatales y presidencias municipales, solamente están: Morena, PAN, PRD y PRI, pues lo demás, la llamada chiquillada, todos participarán en coalición con algunos de estos cuatro. Sin embargo hay que tener en cuenta que en el tema local existen muchos municipios que verán cambiar los colores de quienes los gobiernan; por ejemplo, podemos mencionar a Bacalar donde el trabajo de Alexander Zetina Aguiluz como presidente municipal ha dejado mucho que desear dado su papel de diva que muchos ciudadanos señalan que ha adoptado en los últimos meses, si a eso le sumamos que la mayoría de las obras publicas que se han iniciado en el pueblo mágico fueron gestiones ya realizadas por sus antecesores.

 Lo que sí es un hecho es que los partidos políticos y sus postulados deberán de convencer a la población de salir a votar, pero sobre todo de que vuelvan a confiar en las instituciones políticas. El hecho de que los ciudadanos no salgan a votar trae consigo otro problema: la poca legitimidad popular que tienen los gobernantes y representantes populares al momento de ejercer funciones de gobierno, lo que no es un hecho menor. Así entonces, las instituciones de gobierno, los partidos y candidatos independientes tienen el difícil reto de persuadir a los ciudadanos para que salgan a votar por cualquiera de las opciones que aparecerán en la boleta electoral, lo que en el panorama no se vislumbra como algo sencillo.

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