En Q. Roo, hombres sufren más acoso vía internet que las mujeres
Estudio del Inegi revela también cuales son las dos principales vías por donde inician los casos de ciberacoso.
En Quintana Roo, los hombres son los que padecen de mayor acoso por internet (ciberacoso) que las mujeres, principalmente de contactos mediante identidades falsas y mensajes ofensivos, revela un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con la información que dio a conocer el Instituto en relación al Módulo Sobre Ciberacoso (Mociba) 2021, 17.3% de los usuarios masculinos de internet, padeció ciberacoso, contra el 16.1% de las mujeres.
“Michoacán concentró la prevalencia más alta de ciberacoso hacia los hombres con 29.5 %, le siguen Oaxaca y Guerrero con 27.9 y 26.5 %, respectivamente.
Las entidades con menor prevalencia de ciberacoso para hombres fueron la Ciudad de México, Nuevo León y Quintana Roo con 14.5, 15.6 y 17.3 %, respectivamente”, destaca el Inegi.
De igual forma, se precisa en el estudio que la población considerada para la evaluación es la de 12 años y más que utilizó internet o celular.
El Instituto puntualizó que tanto hombres como mujeres que vivieron alguna situación de ciberacoso en 2021, utilizaron internet, en promedio, más de una hora adicional en relación con quienes no lo experimentaron.
“La mayor prevalencia de ciberacoso se registró en Michoacán con 28.8 %; le siguen Guerrero y Oaxaca con 26.8 y 26.4 %, respectivamente. Las entidades con menor prevalencia fueron Quintana Roo con 16.7 %, y la Ciudad de México y Nuevo León con 16.8 %, cada una”, resaltó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
En el caso de Quintana Roo, el tiempo promedio es de 6.1 horas de uso de internet o celular, que representa el menor tiempo en el caso de los estados de la Península, considerando que en Yucatán y Campeche es de 6.3 horas, respectivamente.
Además de las dos situaciones de ciberacoso, también se tienen registro de casos relacionados con
llamadas ofensivas;
suplantación de identidad;
recibir contenido sexual;
rastreo de cuentas o sitios web;
insinuaciones o propuestas sexuales;
críticas por apariencia o clase social.
Además, amenazar con publicar información personal, audios o video para extorsionar; publicar información personal, fotos o videos; publicar o vender imágenes o videos de contenido.