¿Qué niño es este?
“El tiempo es corto. La eternidad es larga. Es razonable que vivamos esta breve vida a la luz de la eternidad...
“El tiempo es corto. La eternidad es larga. Es razonable que vivamos esta breve vida a la luz de la eternidad”, Charles H. Spurgeon.
En estas fechas navideñas, las tiendas nos llenan de villancicos nuevos, clásicos, sencillos, se escuchan una gran diversidad de ellos. Además, existen villancicos muy antiguos, modernos, todos muy hermosos. Hay uno al cual quiero hacer referencia, titulado, ¿Qué Niño es este?, en inglés, que viene del siglo X, pero con toda seguridad se imprimió a partir del siglo XVI, la traducción empieza así:
“Qué niño es este, que está descansando,
En el regazo de María, está durmiendo,
A quien los Ángeles cantan dulces himnos
Mientras los pastores los custodian
Este, este es Cristo el Rey”
Gracias a este Niño, pequeño e indefenso, que nació en un pesebre, rodeado de gran sencillez, y que a pesar de su pobreza es rey, porque desde su nacimiento lo era, y lo era desde antes de encarnarse en el vientre de María. Realmente en estas fechas, esto es lo que celebramos. A veces en el ruido de la vida cotidiana, en los preparativos de la cena, en el trabajo periódico, en la monotonía de la vida. Se nos olvida lo esencial de esta fiesta.
La pregunta del villancico sigue latente en la vida de los seres humanos: ¿Quién es este Niño? Cada quién debe contestársela, ¿cuál es el significado que tiene en la vida personal de cada uno? ¿Qué significado tiene para nuestra sociedad? Posiblemente, es una de las preguntas más fundamentales de la vida.
Muchos podrán decir: “para mí no significa nada” y finalmente, nada pasará. Pero para muchos más, no podrán dejar de planteársela, es una interrogante que está latente, por más que se quiera dejar escondida. Y en estas fechas, resurge, y nuevamente entra a la conciencia de los seres humanos.
Según la respuesta que cada quien le dé a este interrogante; si es con indiferencia, con desprecio, con negación, con ternura, como amigo, como rey, como el amado; de esta respuesta dependerá la manera de vivir, de actuar, en esta vida. Y como viviremos en la eternidad, para la cual, todos en algún momento llegaremos.
Ese es este Niño. Esa es esta fiesta, tan querida, tan esperada, que estamos celebrando: su nacimiento, su Natividad. Ese es el motivo de nuestra alegría y de nuestra celebración. Es el motivo de las vacaciones escolares. Todo lo demás es bello, divertido, es incluso bueno; regalos, juguetes, celebración, cena, convivencia familiar. Pero lo realmente esencial… es el nacimiento de este Niño.
¡Feliz Navidad!