Este viernes cobraron vigencia las reformas al Código Civil y Penal de Quintana Roo, que retiran la patria potestad contra los progenitores que hayan cometido delitos de feminicidio, homicidio o del tipo sexual.

La reforma, inclusive, suspende el derecho de padres sobre los hijos, es decir, suspensión de la patria potestad, por el sólo hecho de haber sido vinculado a proceso por delitos de índole sexual.

Lo anterior significa que, aunque no hayan recibido sentencia condenatoria los imputados, tienen suspendido los derechos sobre los hijos.

Se trata de adiciones a los artículos 1018 bis y 1019 del Código Civil para el Estado de Quintana Roo; además de las reformas a los artículos 89 bis y 86 del Código Penal local.

En el caso del 89 bis del Código Penal, que establece el tipo penal sobre el delito de feminicidio, endurece más la pena para los victimarios porque estos pueden perder cualquier derecho sucesorio, es decir, no podrán heredar ningún bien de la víctima.

Además, se reitera la pérdida de los derechos sobre los hijos, como patria potestad, tutela, guarda y custodia, visitas y convivencia.

La iniciativa y su aprobación fue realizada por la pasada legislatura del Congreso del Estado de Quintana Roo. En la exposición de motivos que presentaron los diputados locales, se argumentó la necesidad de proteger el interés de los menores de edad.

Antes de esta reforma, la pérdida de la patria potestad era por resolución judicial, no automatizada como ahora lo establece el Código Penal y Civil de Quintana Roo.

Se han dado casos en los municipios de esta entidad, donde el agresor es el mismo papá, quien, pese a tener una sentencia condenatoria, continúa teniendo derechos sobre los hijos, incluidos el de visitas y los de carácter sucesorio: derecho a la herencia de sus descendientes.

“El que ejerce la patria potestad tiene la obligación de procurar la salud y bienestar integral del menor mediante distintas acciones”, puntualiza la exposición de motivos.

En algunos municipios de Quintana Roo ha existido la alerta de género, por agresiones que han venido desde el seno familiar.