Por primera vez en su historia, Quintana Roo encabezó la lista de las entidades federativas con las tasas más altas de matrimonios por cada mil habitantes arriba de los 18 años: 9.50 por cada mil.

Esta cifra es de casi el doble del promedio nacional, la cual se reporta en 5.66 por cada mil habitantes mayores de edad, según la información presentada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

La entidad también destacó entre los lugares preferidos para las uniones entre personas del mismo sexo, acaparando el 14% de los 5 mil 829 matrimonios entre homosexuales y lesbianas.

Un punto a destacar es que la edad promedio al casarse ha aumentado con el paso de los años: en el 2013 era de 29.8 años en el Caribe mexicano para los hombres, mientras que en el 2022 se había incrementado a 34.1.

Por su parte, las mujeres, aunque aún son más selectivas y prefieren esperar para dar el “sí”, se siguen uniendo a edades más tempranas que los hombres: hace 10 años contraían matrimonio a los 26.9 años en promedio, pero ahora lo hacen a los 31.3.

La principal razón en el cambio de este patrón se debe a que prefieren esperarse a tener una mayor estabilidad para pensar en iniciar una nueva vida con otra persona. Además, en el 2013 el 48% reconoció que decidió casarse por compromiso al tener un hijo con la otra persona, pero en la actualidad esto ya no es motivo para “amarrarse” con el padre o la madre de los pequeños.

Del total de contrayentes, el 46% confesó que prefiere casarse con personas que contaba con su mismo nivel de escolaridad, mientras que el 78% de las mujeres aseguró que sí le importa los ingresos que puede llegar a tener su pareja, pues aunque puntualizaron que sí andarían con alguien que gane igual que ellas, prefieren pasar de los sujetos que tienen un ingreso menor al suyo.

Sin embargo, no todo tuvo un final feliz, porque dos de cada 10 de estos matrimonios terminaron en divorcios al cabo de un año.