“Quintana Roo Papers” tambalean al fiscal

La trama que, según ya dicen las enciclopedias mediáticas, reveló complejísimos manejos para el ocultamiento de propiedades de empresas...

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La trama que, según ya dicen las enciclopedias mediáticas, reveló complejísimos manejos para el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasión tributaria de jefes de estado y de gobierno, líderes de la política mundial, personas políticamente relevantes y personalidades de las finanzas, negocios, deportes y arte conocida como “Panama Papers” tendría notables coincidencias de forma y fondo con el señalado conflicto de intereses del fiscal interino de Quintana Roo Gustavo Salas Salgado para desempeñar el cargo y, con más razón, para aspirar al nombramiento definitivo, pero además en la trama en torno a un importante hotel de Puerto Morelos, tiene una similitud: ¡intervienen varias y dudosas firmas panameñas!

La XV Legislatura del estado deberá emitir este martes la convocatoria para designar al sucesor de Miguel Ángel Pech Cen, que renunció terminando septiembre, y el interino, que difícilmente oculta su intención de quedarse en la Fiscalía General del Estado –de eso pide su limosna, y vaya usted a saber por qué–, está viendo crecer un maremoto no solo de opinión, sino de litigios, que a pesar de sus empeños dizque mediáticos avanzan y lo comprometen al grado de que lo más seguro es que no lo logre llegar o, de hacerlo, se convierta en una pesadilla para el estado y su gobierno.

Este relevo ya se había complicado terriblemente por la introducción de una muy polémica iniciativa para eliminar el requisito de residencia de cinco años en el estado en supletoriedad de la natividad que aprobó el congreso el 11 de octubre, pero más allá de la discusión nativista, que en Quintana Roo y sobre todo en la capital Chetumal sigue siendo muy relevante, cada vez se ve más difícil que el letrado desvanezca, como con la magia de una declaración, los señalamientos no solo por conflicto de interés sino incluso de actuaciones probablemente constitutivas de delito.

 HELADA MADRINA 

El relato ya es conocido, pues un empresario querellante, Benjamín Navarro Áspero, fue hasta la soberanía popular del estado para demandar la comparecencia del fiscal para que aclare su intensiva participación en una enredada litis acerca del hotel Secrets Silversands Riviera Maya, pues como abogado ha participado en numerosas actuaciones que favorecen a la contraparte, que se puede identificar como la familia Nicolau. La acusación del agraviado parte de la falsificación de documentos para consumar un despojo, de la que sería responsable el fiscal general en su calidad de defensor que a través de su Bufete Salas, falsificó los documentos de una supuesta asamblea. La junta fue física y geográficamente imposible.

El juzgado de distrito falló a favor del quejoso, pero éste señaló ante la representación del Poder Legislativo de Quintana Roo en la zona norte que como funcionario el abogado Salas ha impedido que el proceso avance, echando mano de todo tipo de argucias, pues obstaculiza el resolutivo del juzgador que emitió orden de aprehensión en contra de los implicados de la familia Nicolau, pero el fiscal se ha negado a firmar la as acusaciones que se requieren para circular una ficha roja de la Interpol y echar a andar la extradición de los acusados, pues a fin de cuentas se trata de delitos del fuero común que deben ser perseguidos en Quintana Roo.

 Fundamentos 

Las acusaciones se fundan en las denuncias AP/ZN/PYA/01/01/1430/4-2015; FGE/QR/PM/04/119/2017 y su acumulada FGE/QR/PM/04/141/2017, promovidas por las empresas Grupo Residencial la Foresta S. A. de C. V. y Water Hobbies Riviera S. A. de C. V.

Por desgracia para el fiscal no va a bastar excusarse de un caso en el que asegura no tener conflicto de intereses, pues el “Quintana Roo Papers” estaría implicando acciones fraudulentas no solo entre particulares sino redes de corrupción y estafa financiera a nivel local, nacional e incluso internacional: los documentos en poder de Café Negro revelan una urdimbre por la que el abogado interino del estado debiera no preocuparse por su ratificación, sino acaso por no ir a parar a la cárcel.

Y no solo eso: la frecuente intervención de dudosos bufetes panameños –¡sí: panameños!– en la red de empresas con las que muy al estilo Panama Papers se ha orquestado un fraude internacional con la intervención de Salas, amén de que hay intereses de empresarios españoles y hasta de los Países Bajos –Holanda–, harían de esto un escándalo global que se llevaría a Quintana Roo “entre las patas” por ser el primer defensor del estado.

La trama, como dijimos, tiene imbricaciones internacionales.

Tenemos en Café Negro documentación acerca de la participación de entidades fantasma –varias del país istmeño de Centroamérica– que es el que tiene con mucho más bancos operando en el subcontinente latinoamericano y que no solo se ha comprobado que es un paraíso fiscal, sino también una meca del fraude global, lo que permite atisbar la dimensión del problema en el que se estaría metiendo Quintana Roo si se demostrara que su abogado general es afecto a esas malas amistades.

Cuidado, Quintana Roo. 

LA DICHA INICUA…

Esto le importa más a Quintana Roo y a sus destinos turísticos, sus corredores de desarrollo y proyectos que buscan la diversificación pero que necesitan seducir a los inversionistas con mayor intensidad que otros estados y comarcas del país, pero, como hemos charlado con emprendedores del sector, no hay por qué alarmarse. Ponerse a trabajar e innovar sin contrapesos desgastantes ni quijotescas batallas es lo que se requiere.

Sí. Va a ser seria la afectación a la economía mexicana por el rechazo del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, a qué dudar, mas no exageremos: no tenemos un apocalipsis en puerta. Tanto el mercado cambiario como los financieros tenderán a estabilizarse –si bien con algo menguadas fuerzas–, pero recordemos que uno de los indicadores depende más de las tasas de interés que fije la Reserva Federal de Estados Unidos –que determina inexorablemente las nuestras– y el otro –el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores– lo mueven los resultados de muy variadas industrias nacionales y transnacionales que operan en el país. La infraestructura aeroportuaria es uno entre muchos factores, relevante –en especial para el Caribe mexicano–, sí; que hubiese podido ser detonador con un megaproyecto hoy cancelado, tal vez, mas no se acerca a ser el más importante de la nación.

Cosas similares pudiéramos decir de las perspectivas de crecimiento y otros factores macroeconómicos que, aunque se estremecerán, no se verán descalabrados por el arrivederci Texcoco, pero en la confianza de los inversionistas sí quedará una mella muy difícil de allanar. Y que esto que no se dude: tanto el gobierno federal de Andrés Manuel –a través de las personas racionales que estarán ahí, que no son todas pero sí las hay, acaso no pocas–, como los locales –y en esto pudiera jugar un papel histórico Carlos Joaquín González, que tiene una larga experiencia en innovación turística– estarán comprometidos con nosotros los gobernados a encontrar incentivos para la confianza hoy puesta en entredicho.

La afectación mayor estaría –como sí indican, aunque tampoco tan drásticamente, algunas alertas de las firmas calificadoras de deuda y grados de inversión, con ciertos cambios de perspectiva a “negativa”, sin drásticas disminuciones tampoco– en la percepción del país como merecedor de confianza para la inversión, pues aunque liquide hasta el último céntimo comprometido en los contratos del aeropuerto en construcción Andrés Manuel López Obrador –México– será percibido durante un buen tiempo como un socio muy poco capaz de honrar la letra y nada respetuoso de la palabra en los tratos.

Se hace más penoso el tema cuando una decisión gubernamental que Andrés Manuel López Obrador pudo haber tomado soberanamente por las atribuciones que le confirió una enorme mayoría de electores, en pleno frenesí populista se convirtió en una simulación de consulta descalificada por propios y extraños.

El coordinador parlamentario del Morena en el senado, Mario Delgado Carrillo, que es un destacado economista y notable académico –que por cierto reveló que votó a favor del aeropuerto de Texcoco en la dichosa consulta–, en otro arranque de sinceridad autocrítico reconoció que ese ejercicio no debió ser y prometió que operará sus oficios legislativos para que no vuelva a darse tal aberración. Tomamos una cita de El Financiero de uno de los principales portales independientes de Quintana Roo, JC Comunicaciones:

“El legislador morenista ofreció aprobar en noviembre una iniciativa de reforma de su partido para dar transparencia, certidumbre y legalidad.

“En conferencia en el Palacio Legislativo de San Lázaro, sostuvo que ‘queremos decir que fue la última de las consultas bajo esas condiciones, con esas características, bajo esas circunstancias’, sostuvo el legislador”.

 HOMÚNCULOS

 Esos verdes sí son de cepa, y no dudan en demostrar que cuando la perra es brava hasta al amo muerde. Por eso son buenos. El “Niño” Juan Emilio González Martínez logró poner el pie en el pescuezo del gobierno de Quintana Roo cuando entre sus maniobras nacionales y sus afinidades con los gobernantes locales negociaban hasta esquinas para poner Oxxos y Farmacias del Ahorro para ser el mandamás… pero  no le alcanzó.

Vuelven a las andadas, o más bien, nunca dejan de andar: en la Cámara de Diputados los neoaliados verdes del inminentemente gobernante partido Morena, que antes eran acuaches del PRI, ya le empezaron a jugar la primera traición al partido presidencial con disfraz de negociación.

Los “chapulines” del PVEM que cambiaron cinco curules con el Morena por la vía libre de su güero gobernador chiapaneco Manuel Velazco Coello para ser al propio tiempo senador y gobernador al brincar a la dizque izquierda no se abarataron –vienen de una rancia estirpe coahuilense que tuvo un gobernador, Emilio Martínez Manatou, a un gurú ecologista millonario, de directa ascendencia, Jorge González Torres, y a un empresario farmacéutico situado cerca de los empresarios más ricos del mundo, Víctor González Torres: no están dispuestos a perder dos quintos, y así se desempeñan, como hace lustros, en el congreso. Amenazan con que no apoyarán la propuesta del nuevo gobierno para que el Sistema Nacional de Protección Civil se parte de la naciente Secretaría de Seguridad que encabezará Alfonso Durazo. No se necesita ser muy ducho para saber que quieren los verdes, pero están tranquilos, porque saben muy bien que estos muchachos son fanáticos del programa Atínale al Precio.

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