Uber Eats y Diddi Food desplazan a repartidores en Quintana Roo
La alta competencia con las plataformas digitales hizo que más de mil motociclistas dejaran de hacer repartos.
El número de motorrepartidores en Quintana Roo disminuyó de 4,500 a cerca de 3,000 en el último año, según informaron varias organizaciones gremiales de este servicio.
Javier Canto García, de la Unión de Motodiligencieros del Sur de Quintana Roo, explicó que esta caída se debe a la saturación de la actividad, la disminución de la demanda y la competencia que ha surgido con las aplicaciones de reparto de comida, como Didi Food o Uber Eats.
“Cuando sucedió la pandemia de Covid-19 tuvimos un boom de motorrepartidores: pasamos de ser unos 800 en el estado a más de cinco mil. Y esto porque muchos eran personas que habían perdido su trabajo por la contingencia sanitaria o buscaban ingresos extras ante la crisis económica que azotó a todos”.
Dijo que una vez que se regularizó la economía, varios de estos motorrepartidores comenzaron a regresar a sus empleos habituales.
“Algunos siguieron, pero pronto se dieron cuenta que la competencia era demasiada. Cuando nosotros empezamos, hace casi seis años, podías ganar de entre 800 hasta los mil pesos diarios si trabajabas todo el día. Pero con la llegada de más compañeros el pastel se repartió entre más personas y los ingresos diarios llegaron a disminuir hasta los 300 pesos, en algunos casos”.
Joel Buendía Villanueva, dueño de un negocio que aglomera a 10 motodiligencieros, dijo que la llegada de Didi, Uber y otras plataformas de servicio a domicilio hizo que cada vez sean menos requeridos.
“Es que también estas empresas tienen convenios con los negocios, así que es normal que acaparen ofertas que nosotros, como negocios o trabajadores independientes, jamás tendríamos acceso. Eso también generó que cada vez más personas se desanimen y renuncien”.
Ambos coinciden en que también el riesgo de dedicarse a este trabajo ha provocado que varios desistan, ya que cada día al menos dos motodiligencieros son atropellados en el estado, y por la falta de un seguro médico en muchas ocasiones no pueden ni costear sus tratamientos o funerales, cuando es el caso.