La Agrobiodiversidad

El pasado viernes 5 tuve la oportunidad de asistir a un taller sobre agrobiodiversidad y sustentabilidad...

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El pasado viernes 5 tuve la oportunidad de asistir a un taller sobre agrobiodiversidad y sustentabilidad alimentaria, celebrado en Mérida y al que gracias a mi columna Caleidoscopio en Novedades fui invitado por la Conabio y la Secretaría de Desarrollo Sustentable.

El ser humano ha evolucionado como parte integral de los ecosistemas, dependiendo de ellos para la obtención de sus alimentos y otros productos y funciones relacionadas con su supervivencia. En este tenor, la sustentabilidad es importante en el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales; en ésta, la agrobiodiversidad se define como referente de todos los componentes de diversidad biológica de relevancia para la alimentación y la agricultura; todos los componentes del sistema biológico constituyen el agroecosistema.

Ejemplos de ello son el huerto familiar o de traspatio y el sistema agrícola de producción a pequeña escala denominado milpa y parcela. A ellos se les considera el primer sistema definido como reservorio genético vegetal aledaño a la casa, cuyo establecimiento refleja un aspecto fundamental de la identidad cultural de un grupo humano en relación con la naturaleza.

La milpa fue la piedra angular para el desarrollo de la gran cultura maya, persistiendo por encima de las diversas transformaciones económicas regionales y la modernización de la agricultura. Esta flexibilidad de la milpa hace que actualmente sea no solo un componente distintivo del paisaje agrícola en la Península de Yucatán, sino también un elemento de identidad de los pueblos mayas. Esta estrategia de manejo vegetal ha permitido aprovechar tanto las selvas como la diversidad de materiales genéticos locales; a diferencia de otros estados en México, en los cuales la ganadería intensiva y los cultivos comerciales han sustituido a la agricultura tradicional.

Hoy en día los integrantes de las unidades domésticas campesinas aprovechan la agrobiodiversidad en sus sistemas de producción a partir de su valor de uso y de mercado e importancia en la creación de estrategias de vida familiar. Es así como los integrantes de tales unidades determinan el acceso, administración y distribución de los recursos naturales en beneficio de su autoconsumo, ahorro o fuente adicional de ingreso familiar. En las unidades domésticas campesinas, la milpa y el huerto familiar representan una dicotomía debido a que, a medida que se desarrollan para su preservación o adquisición de alimentos, se polarizan respecto al mercado de alimentos; esto ocasiona una mayor dependencia alimentaria del exterior.

La producción de alimentos constituye un punto de partida para el análisis de la seguridad y soberanía alimentarias. Es así porque la generación de ingresos a través de la producción eficiente del campo constituye la base de productividad real. Sin una generación eficiente de ingresos en el sector rural éste actuaría como una limitante tanto del comportamiento macro como de la capacidad de gestión política relacionada con la seguridad.

La posibilidad de acceder a alimentos baratos para la mayoría de la población se expresa en los debates actuales asociados a preservar la producción de maíz como una meta estratégica por ser la base de la alimentación para las unidades de producción campesinas.

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