Eric Galindo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un sujeto corre desde la orilla de la playa Delfines hacía mar abierto, avanza unos 20 metros y después se zambulle al mar, sale a flote para empezar a bracear hasta llegar a donde se encuentran tres turistas argentinos luchando por no ser arrastrados por la corriente.

Él se llama Ulises, es guardavida de la playa, para él es normal atender 15 asistencias (rescates) al día, el fin de semana se duplican las acciones, por eso esa playa es considerada una de las más peligrosas en la zona hotelera por el fuerte oleaje y las corrientes, ayer en menos de 30 minutos actuó en tres casos de bañistas que se estaban ahogando.

Unos diez minutos tardó en sacar a los extranjeros, cuando llegaron a la orilla, Gabriela, quien llegó el pasado miércoles procedente Buenos Aires, Argentina, lo abrazó del cuello y le agradeció haberla rescatado, Alfonso y Ernesto le dieron la mano por haberlos ayudado.

“La situación está en no perder la cabeza, pensar y actuar”, recomendó Ulises a los extranjeros sudamericanos, mientras recupera el aliento por el esfuerzo de sacar a los tres bañistas, de entre 40 y 50 años de edad.

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“No puedo hablar ahorita, estoy muy fatigado”, dijo el guardavida a Novedades Quintana Roo, pero una vez que recupera las fuerzas, accede a una entrevista, sobre la situación de las playas en la zona hotelera y el riesgo en el que se exponen los bañistas cuando no hacen caso a las indicaciones y a las banderas rojas.

Es padre soltero, tiene un hijo de tres años, todos los días se despide de él con un beso, aborda su autobús a la zona hotelera, tiene que llegar antes de las 9 horas a playa Delfines, para checar que todo esté en orden.

Todos los días, de 9 a 17 horas, recorre los 500 metros de playa que le tocan, son tres guardavidas, hay uno que le toca el turno de 11 a 19 horas.

Playa más peligrosa

En Playa Delfines hay mar abierto, por lo tanto tiene fuerte el oleaje y las corrientes, esto la hace una de las playas más peligrosas de la zona hotelera, dijo. Hace apenas dos días que una turista nacional se ahogó cuando la corriente la jaló a lo profundo, cuando la rescataron ya no tenía signos vitales.

La mujer nadaba con su esposo, a ambos se les advirtió de los riesgos que corrían si no acataban sus instrucciones, las consecuencias fueron trágicas.

A cada persona o grupo que llega a la playa se le da la indicación de que tienen que respetar las banderas rojas, los invitan a que naden en la zona donde están las banderas amarillas, pero mucha gente hace caso omiso de las recomendaciones.

Es un riesgo

Ulises, mientras patrulla la zona, va describiendo cómo se dio cuenta que se estaban ahogando los argentinos, a quienes ya les había advertido del riesgo, en ese momento deja la plática a un lado y corre a otro punto de la playa, donde otros tres bañistas locales estaban solicitando auxilio, los estaba jalando la corriente.

Los turistas estaban en la zona de bandera amarilla, pero fueron poco a poco arrastrados a lo profundo, Ulises se avienta al agua para ayudarlos a salir, también les hace la recomendación.

Él ha estado en todas las playas de la zona hotelera, dice que todas tienen su riesgo, pero la que más tiene actividad es playa Delfines, porque los atractivos que tiene del mirador y la foto del recuerdo con las letras de “Cancún”.

Las ayudas que prestan las dividen en: rescate, cuando la persona fallece por ahogamiento; salvamento, se da cuando el bañista está a más de 20 metros de la orilla y está ahogándose; asistencias, la persona pide ayuda, pero está a unos diez metros de la orilla, y preventiva, cuando la persona está en riesgo y sale por sus propios medios del agua, y se le hace una recomendación. A las 13 horas fue la tercera intervención preventiva que hizo a un grupo de jóvenes de un equipo de fútbol que llegó de Yucatán.