Enrique Mena/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- A razón de un metro cúbico de basura por cada 20 metros cuadrados de zona costera es el recale en la Reserva de la Biosfera y Arrecifes de Sian Ka’an, que resulta de corrientes marinas que fluctúan en un sistema rotativo llamado Giro, en el océano Atlántico Norte y Cuenca del Caribe.

Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la Unesco, los 120 kilómetros de costa y barrera arrecifal sufren por la acumulación de desechos mundiales: plástico, vidrio, metal y materiales no biodegradables rompen el equilibrio ecológico marino y terrestre, ponen en riesgo a cuatro tipos de manglar, nueve tipos de vegetación, 326 especies de aves, cuatro especies de fauna en peligro de extinción, una de ellas el jaguar, que habitan en el lugar “donde nace el cielo”.

Además, considerando la Bahía de la Ascención y del Espíritu Santo, se llega a un total de 150 kilómetros visibles, donde la basura de países europeos y Centroamérica, como Panamá, Venezuela, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y de las Grandes Antillas, Jamaica, Barbados, Granada, Trinidad y Tobago recala de forma directa.

La Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, la Dirección de Medio Ambiente del municipio Othón P. Blanco, Secretaría de Marina (Semar), así como Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y Civiles, Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera y Turística coordinan una cruzada para recolecta de desechos en toda el área.

María del Carmen García, directora de la reserva de la Biosfera Banco Chinchorro y Parque Nacional Arrecifes de Xcalak, considera que la corriente proviene de la conflagración de los mares situados frente a la Península de Yucatán, con origen en el Océano Atlántico Norte.

La contaminación química por los componentes que tienen los residuos, afecta a la segunda barrera de arrecifes coralinos más grande del mundo que se continúa hasta Belice y Honduras; En la actualidad no existe metodología para controlarla. La limpieza de la zona costera es la única acción para aminorar el daño ecológico de los ecosistemas de flora y fauna marina y terrestre.

Brigadas de 50 personas de los municipios Benito Juárez, Tulum, Solidaridad, Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco, limpian cada semana el litoral. Para ello, se utilizan recursos financieros del Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible (Procodes).

Ángel Omar Ortiz Moreno revela cifras impactantes sobre el tema: la porción central costera de Quintana Roo es invadida por desechos de más de 45 países del mundo, envases de plástico de Rusia y Finlandia, por ejemplo; en las playas de Sian Ka’an hay entre 400 y 500 toneladas de desperdicios.