COZUMEL.- Con la instalación de tres mantas en puntos estratégicos y turísticos en idioma inglés y español, el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) Cozumel arrancó el reforzamiento de los esfuerzos para prevenir, evitar y denunciar la explotación laboral infantil.

La primera lona se instaló a un costado de la fuente “Atardecer Marino", en el Parque Central Benito Juárez García, área en la que desde hace varios meses un agrupo de aproximadamente 30 menores se reúnen para hostigar a los visitantes nacionales y extranjeros, regenteados por tres mujeres adultas.

Evitar la explotación infantil

Giselle Guadalupe Yam Ku, encargada del despacho de la oficina del Sipinna en Cozumel explicó que esta estrategia pretende que la ciudadanía colabore con las acciones para evitar el trabajo infantil en el municipio, en el que por fortuna solamente se han atendido dos casos en los últimos tres años.

Indicó que dos mantas similares se van a instalar en las inmediaciones del muelle internacional de cruceros “Puerta Maya” y la entrada al muelle de carga Félix González Canto, donde el mismo grupo de niños y adolecentes son vistos en las horas del día, mientras que por las tardes y noches tiene presencia en el parque Juárez y el muelle de pasajeros San Miguel.

"No compres ni des dinero a niñas y niños trabajando en las calle, pueden estar siendo explotados", advierte en ingles y español parte de la manta de unos nos cuatro metros de ancho por seis de largo.

Sobre esta situación Reina Ramírez Leonar, responsable de capacitación y vinculación del Sipinna manifestó que se siguen recibiendo reportes de la presencia de estos infantes y púbertos que piden dinero, ropa, comida y ofrecen flores manufacturadas con palmas de coco.

Modo de operación

Como se dio a conocer de manera oportuna en este rotativo, este grupo de infantes tiene comportamiento de pandilla, pues han llegado a amenazar a comerciantes ambulantes del malecón que los han denunciado a la policía.

De acuerdo con las denuncias, estos niños y niñas de entre seis y 15 años de edad son regenteados por tres mujeres que los vigilan a prudente distancia y a quienes entregan lo que obtienen de los turistas.

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