Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Los municipios de Othón P. Blanco y Bacalar son los principales puntos donde se ha detectado la venta de terrenos ejidales a precios muy bajos, debido a la situación económica de los campesinos.

María Esther Montufar Bailón, presidenta de la Central Campesina Independiente (CCI) en la entidad, indicó que el rezago en el campo y la falta de apoyo económico para los productores han provocado que estos busquen otra opción para sobrevivir.

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Una de las opciones que los campesinos han encontrado para mantener a sus familias ante la falta de solvencia económica, es la venta de sus lotes a pesar de que esta no ha sido tan favorable en cuanto a los precios.

“Es un punto que nadie quiere tocar, pero es un tema que nos muestra que el campo va en retroceso. Hay la venta desorbitante de terrenos por la misma necesidad de los productores, que los está obligando a dar este paso y se da a un precio irrisorio”, comentó.

Remate de predios 

Aunque no hay una cifra exacta de cuántos terrenos han sido comercializados, explicó que algunos compradores les ofrecen de 500 a 600 pesos por hectárea, incluso el valor más alto que les indican es de 25 mil pesos por la misma dimensión, cuando la tierra del campo tienen un mayor valor.

La mayoría de los terrenos ya comercializados están ubicados entre Raudales y Laguna Guerrero, así como algunas zonas ejidales del municipio de Bacalar.

Montufar Bailón dijo que las personas que se quieren aprovechar de los campesinos son ciudadanos ajenos al estado, por eso es que ofrecen cantidades bajas, por la necesidad que existe en el campo.

La venta de terrenos ejidales fue más notoria en el 2014, cuando los representantes de la CCI y de la Unión Campesina Democrática (UCD) mencionaron que había una venta constante y los precios de los terreros eran muy bajos.

Una de las zonas más comercializadas en aquel entonces, fue parte de Laguna Om, donde empresarios y representantes de empresas de la zona Centro del país, así como del Sureste, se acercan a los campesinos hacer ofertas irrisorias a los campesinos, pero, ante su necesidad económica terminan aceptándola.