La Jurisdicción Sanitaria Número Tres de Felipe Carrillo Puerto ha registrado una disminución considerable en los casos de Leishmaniasis, enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de la mosca chiclera, según el corte en lo que va del último trimestre del 2024.

De acuerdo con los datos estadísticos de la dependencia, el número de casos ha mostrado una marcada tendencia a la baja en comparación con el año anterior. Mientras que en 2023 se reportaron 248 casos confirmados, en lo que va de 2024 se han registrado 79 casos sospechosos, de los cuales 23 han sido confirmados como positivos.

Roberto Perea Flores, jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número Tres, indicó que esta disminución es significativa y alentadora, especialmente considerando que el año está a punto de cerrar, sin embargo, es algo que no se puede predecir y sería hasta que concluya, para que pueden cotejar cada una de sus estadísticas.

Explicó que los pacientes afectados por Leishmaniasis son mayormente personas entre los 18 y 60 años, con 12 casos identificados en menores de edad y gran parte de los pacientes provienen de zonas rurales, donde el 90% de la población trabaja en actividades de riesgo, tales como la siembra, la caza o en la construcción del Tren Maya, lo que los expone a la picadura del vector.

“La Leishmaniasis es una enfermedad parasitaria que se manifiesta principalmente en la piel, causando lesiones ulcerosas que, de no ser tratadas adecuadamente, pueden complicarse y afectar mucosas o incluso órganos internos, es transmitida por la picadura de insectos flebótomos, comúnmente conocidos como “moscas chicleras”, que habitan en áreas selváticas y rurales.

Añadió que el tratamiento de esta enfermedad varía según el tipo y la gravedad, pero generalmente incluye medicamentos antimoniales, como el Glucantime, o antifúngicos como el ketoconazol en casos leves, sin embargo, el acceso al tratamiento en zonas rurales puede ser limitado, lo que hace que la detección temprana y las campañas de prevención sean necesarios.

Perea Flores destacó la importancia de seguir trabajando en las comunidades afectadas, especialmente en los polígonos de riesgo identificados, donde el contacto con el vector es más frecuente, las acciones preventivas incluyen la fumigación en zonas rurales y la promoción de medidas de protección personal entre los trabajadores del campo, tales como el uso de ropa adecuada y repelentes.