Riqueza de la vida
"No tenemos Wifi. Pero hay cerveza que hace la comunicación más fácil", anuncio a la entrada de un restaurante.
El cine se inicia oficialmente con la presentación del rodaje de "Salida de los obreros de la fábrica" Lumière en Lyon Monplaisi, que fue presentada el 22 de marzo de 1895, por los hermanos Lumière. Con una duración de 46 segundos. Posteriormente hicieron más producciones, como: " Llegada de un tren a la estación de la Ciotat y El regador regado".
Cabe mencionar que los hermanos Lumière, dijeron: "que esta invención, no tenía futura". Nunca imaginaron, la avalancha de tecnología que vendría a partir de su invento. Podemos ver como paulatinamente, se inicia con el teléfono, el fonógrafo, la electricidad, la televisión en blanco y negro, para llegar a la TV en color y ahora la digital, entre otros. El cine, empieza con hechos de la vida real, cine mudo, cine musical, y hoy son montajes, grabaciones en estudios, dibujos animados, escenas digitalizadas...
Nunca pensaron que a través de los años llegaríamos a las nuevas tecnologías que tenemos ahora, de las computadoras, de los teléfonos inteligentes, tabletas y una gran variedad de cosas que nos encontramos en el mercado; que tienen miles de aplicaciones, nos podemos conectar a cualquier parte del mundo, estar enterados de todas las noticias y más, con gran precisión e inmediatez, contactar con viejos amigos.
Sin embargo, hoy vemos que estas nuevas tecnologías, en vez de unir a las familias, produce una gran soledad en cada integrante; cuando era niña, y hace unos años antes a la hora de la comida, se conviva, se platicaba, las sobremesas eran muy interesantes, se contaban sueños, problemáticas, ilusiones, acontecimientos, chistes, anécdotas; había de todo en ellas.
Hoy, se llega a la hora de la comida, y llegan con sus teléfonos inteligentes, esperando llamadas importantes, pero si es domingo, hay que platicar, convivir con la familia. Si estamos en un restaurante, vamos a olvidarnos del mundo, y vamos a convivir. La atención, no está en la persona que tenemos frente a nosotros, ella puede esperar, hay que contestar de forma inmediata, el chiste, la conversación que se está en las redes sociales.
En el mundo actual nos hemos ido volviendo dependiente al teléfono inteligente, nuestra relación con el mundo ha ido cambiando paulatinamente. Resulta que es más interesante el contenido de las redes sociales, que el escenario que tengo enfrente, en el que vivo, en el que estoy se vuelve indiferente.
La distinción entre el hogar, la oficina, el cine, la iglesia, la playa, el café con los amigos, entre otros ha cambiado notablemente. Podemos ver a personas que están por subirse a un avión dando entrevistas al aire para el radio o la televisión: se puede hacer llamadas de negocios desde la playa, en la vacación. Se perdió la intimidad. Es tan fácil recibir llamadas en horas de descanso, en vacaciones o en fines de semana, sin importar lo que se interrumpa, ya sea una oración, una comida hogareña, un momento de intimidad con el amado, una plática importante con el hijo adolescente. Como no se sabe dónde está la persona a quien le llama, no siente vergüenza de invadir su privacidad. Y poco a poco nos vamos aislando de las personas que realmente nos rodean.
Escuchaba que un niño, su primera palabra en decir fue: "wi-fi", me causó una gran tristeza escucharlo.
Al mismo tiempo el uso indiscriminado de los teléfonos inteligentes, reflejan la gran necesidad que tiene el hombre para expresarse; se demuestra lo que decía Aristóteles: “somos un ser sociable”. Pero, es de forma presencial, cara a cara, como podemos cubrir nuestra necesidad básica de relacionarnos con los demás.
El camino recorrido desde el cine en todas sus facetas hasta los teléfonos inteligentes que llegaron para quedarse, es largo. Hoy depende de cada uno no esclavizarse a ellos y no caer en la trampa de la soledad que conlleva; la riqueza de las personas que están cerca de nosotros es incomparable y cada vez que estamos frente a ellas, son una gran oportunidad que tenemos para enriquecer nuestras vidas.