Rómulo O’Farrill Jr., un legado que no se olvida

Don Rómulo Antonio O’Farrill Jr., fue hijo de Rómulo O’Farrill Silva, con quien fundó medios de comunicación electrónicos y escritos.

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Redacción/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- En un día como hoy, hace diez años, se desligó de la vida un personaje muy apreciado y valioso por las aportaciones al desarrollo de México en el campo de las telecomunicaciones y otras industrias, Don Rómulo O’Farrill Jr.

Los inicios de la radio, la televisión y la prensa escrita no se entenderían hoy sin primero conocer lo que hace medio siglo realizó un grupo de hombres de negocios visionarios que se involucraron en el campo de las comunicaciones en México con la certeza de tomar una posición de vanguardia.

Un pilar de ese puñado de mentes empresariales fue don Rómulo Antonio O’Farrill Jr.,  hijo de Rómulo O’Farrill Silva (1897-1981) con quien de la mano fundó medios de comunicación electrónicos y escritos.

La dinastía O’Farrill, amén del campo empresarial, se ha distinguido por la filantropía y por inculcar en su descendencia la filosofía del bien común y el tesón por el trabajo fecundo.

El apellido O’Farrill tiene su origen en Irlanda y la descendencia llegó a finales del siglo XVIII a la ciudad de Puebla, donde nació un 15 de diciembre de 1917 don  Rómulo O’Farrill Jr., miembro de la séptima generación de ese apellido en México.

Años más tarde, se trasladó a la  Ciudad de México para, posteriormente, en 1933 fuera enviado a estudiar al Saint Anselm College, una escuela dirigida por monjes benedictinos en Manchester, Nueva Hampshire, donde graduó en 1937.

Posteriormente, obtuvo su licenciatura por el Instituto de Negocios de Detroit y comenzó a crecer en el terreno empresarial, a la par de otras actividades que le granjearon numerosas amistades en todo el país y en el extranjero, llegando a ser, incluso, Cónsul Honorario de Irlanda en México durante 20 años, en virtud de su antigua descendencia irlandesa.

Como bien documentado está públicamente, en 1949 Rómulo O’Farrill Jr., junto con su padre, obtuvieron la concesión por parte del gobierno mexicano para la apertura del canal 4 XHTV, el primer canal de televisión comercial de México.

La primera transmisión televisiva fue hecha en 1950 desde el Auditorio de la Lotería Nacional y consistió en un programa de rifas para los suscriptores del periódico Novedades, propiedad de la familia O´Farrill, ya que el rotativo fue fundado por él y su padre don Rómulo O’Farrill Sr.

Asimismo, el primer evento deportivo televisado, una corrida de toros, fue transmitido al siguiente día. El primer informe de gobierno televisado fue el del presidente Miguel Alemán Valdés en septiembre de 1950.

La empresa de televisión de los O’Farrill posteriormente se fusionó con los canales 2 y 5 para formar Telesistema Mexicano, más tarde Televisa, empresa en que Rómulo O’Farrill Jr. fue más tarde presidente del consejo.

Junto a otro especialista de los medios de comunicación, don Andrés García Lavín, en 1969 los O’Farrill fundaron una cadena de periódicos que distribuyeron el periódico Novedades en los estados de Guerrero, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. En 1950, lanzaron The News, el cual hasta su desaparición en diciembre de 2002, fue uno de los periódicos latinoamericanos en idioma inglés más distribuidos.

Como bien se ve, don Rómulo  O’Farrill Jr. fue testigo de primera línea y pionero de la televisión en México, junto con su padre Don Rómulo O´Farrill Sr., ambos piedras angulares de la transformación de los medios de comunicación en la República Mexicana. El aprecio del legado del señor O´Farrill Jr. fue tal que en su larga trayectoria fue honrado por numerosas y prestigiadas universidades por su mérito empresarial,  y hasta hoy sus reconocidos pasos en el ámbito de la prensa escrita son seguidos por una legión de jóvenes inversionistas de los medios de comunicación.

Rómulo O’Farrill Jr. fue miembro de mesas directivas de corporaciones y bancos, incluyendo la RCA Víctor y Sears Roebuck de México. De 1962 a 1963 fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, así como miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios.

Como parte de su actividad filantrópica, en 1985 fundó la Fundación Mexicana para la Salud A.C., junto con otros empresarios mexicanos que tuvieron la responsabilidad social, compromiso y solidaridad para generar una inversión social a largo plazo que contribuyera a mejorar la calidad de vida de los mexicanos.

Rómulo O’Farrill Jr. estuvo casado con Hilda Ávila Camacho de O’Farrill, la hija del General  Maximino Ávila Camacho, también sobrina del que fuera presidente de México Manuel Ávila Camacho. Le sobreviven sus hijos Víctor Hugo, Hilda Gloria, José Antonio y Roberto O’Farrill Ávila.

Don Rómulo O’Farrill Jr. murió el 18 de mayo de 2006 en la Ciudad de México, y sirva este espacio como un pequeño homenaje en memoria de un personaje de enorme trayectoria para las presentes y futuras generaciones de empresarios.

Labor social

Este hombre de negocios internacional no sólo se distinguió por su tenacidad y creatividad para generar empresas y empleos, sino que también su prestigio se vio acrecentado por sus incontables obras caritativas a lo largo y ancho del territorio nacional.

Don Rómulo O´Farrill Naude, como pilar del crecimiento económico y de la transformación de la mentalidad empresarial, no se olvidó de fomentar los valores humanos en los hombres de empresa.

En su larga trayectoria, Rómulo O’Farrill Jr. fungió como miembro y presidente de consejos de administración de destacadas empresas, por lo que en el extranjero fue calificado como “Hombre de negocios internacional, empresario y estadista”.

En público y en su vida personal, difundió la filosofía del creador de empresas y que sintetizaba en desarrollo económico, hacer negocios nacionales e internacionalmente, encauzar la energía, demostrar maestría para procurar el bienestar de otros, y la creación del empleo.

Fue un esmerado seguidor de estos valores sobre la base del servicio personal, la motivación  y el idealismo.

Don Rómulo O’Farrill Jr. además de su renombre en más de una docena de grupos nacionales empresariales, como el emporio periodístico Novedades Editores, dedicó sus energías a apoyar a la Cruz Roja Mexicana, y a ser una valiosa guía para el desarrollo de la Confederación de las Cámaras de Comercio de México.

El hombre de negocios internacional fue condecorado por asociaciones como la Cruz Roja, que le confirió la Orden del Código de Caballería, en Alemania, como comandante de la Gran Cruz del Mérito; en Francia, la Legión de Honor; en España, la Gran Cruz de Isabel, y en Italia, Comandante de la República Italiana del Mérito.

Fecunda labor en la SIP

Por su trabajo y expansión de la industria editorial, don Rómulo O’Farrill Jr. presidió en 1963 la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y su participación en la XIX Asamblea Anual fue noticia mundial más allá de lo previsto y acostumbrado, debido a lamentables acontecimientos posteriores y fue un férreo combatiente de la defensa de la libertad de prensa en el hemisferio.

En representación del diario Novedades de Ciudad de México, en 1958 y 59 fue distinguido al interior de la institución como miembro de  la Junta de Directores, ratificado en las asambleas celebradas en  Buenos Aires y San Francisco. En 1960, reunida la SIP en Bogotá, fue designado por sus colegas como miembro del Comité Ejecutivo, núcleo de la más alta responsabilidad en las riendas de la organización.

En las actas de la época quedó establecido que el director O’Farrill asiste puntual a las reuniones del Comité Ejecutivo en Nueva York, y quedó públicamente reafirmada su capacidad y eficiencia durante la XVIII Asamblea celebrada en Chile en 1962, cuando el entonces presidente de la SIP, Andrew Heiskel, (Time Inc.), abandonó transitoriamente la conducción de la reunión dejándola en manos del primer vicepresidente, Rómulo O’Farrill Jr. 

Entonces Heiskel dijo:

“Supongo que debería presentar al señor O’Farrill pero realmente me parece innecesario. Tal vez algunos de ustedes que no hace mucho están en la SIP no saben que es uno de los más distinguidos editores de México, director de Novedades, de un periódico en inglés, despliega actividades en 17 estaciones de televisión y seis o siete otras cosas. En resumen se mantiene bastante ocupado, pero dedica mucho tiempo a la SIP, y estoy seguro de que tendremos un gran dirigente en Rómulo O’Farrill”. 

Don Rómulo O’Farrill Jr. fue elegido presidente de la SIP en octubre de 1962, por un lapso de un año, después de ocupar en los períodos precedentes la Segunda y Primera Vicepresidencia de la organización periodística continental. 

Su gestión en 1962-63 fue un período sobresaliente en las actividades de la SIP, sumándosele las labores que simultáneamente desarrolló su Centro Técnico (hoy llamado Instituto de Prensa). Un seminario científico en Santiago y luego otro taller celebrado en Ciudad de México para ejecutivos de periódicos de América Latina, marcaron la pauta.

El informe del Centro presentado ante el plenario de la Asamblea dejó constancia que el grupo latinoamericano fue objeto de múltiples atenciones de parte del principal de la SIP señor O’Farrill y de sus organizaciones periodísticas. El presidente de México, Adolfo López Mateos, recibió en su despacho de la residencia de Los Pinos a los asistentes al Seminario, con quienes departió en amena charla sobre cuestiones de la industria periodística y felicitó a O’Farrill por su ejecutoria.

En 1963, la cita semestral del 27 al 31 de marzo fue en Montego Bay, Jamaica. Hasta la isla caribeña llegaron más de 200 socios de la SIP para participar en la cita donde se monitorea y revisa el estado de la libertad de prensa de cada país del continente. 

O’Farrill abrió la reunión que presidió con un discurso de exhortación a los miembros de la SIP a mantenerse alerta y luchar sin descanso en defensa de nuestros principios.

Al año siguiente de su gestión, logró el acuerdo para que la SIP celebre la Asamblea Anual, en octubre de 1964, en Ciudad de México, “lo que no ocurría desde hace 10 años”, dijo don Rómulo  O´Farrill Jr. en aquella ocasión.

En octubre de 1964 la SIP celebró su XX Asamblea General en la capital mexicana.  La Comisión Organizadora del más grande evento de los periódicos del hemisferio fue presidida por Rómulo O’Farrill Jr.

A finales de septiembre de 2006 una nueva Asamblea tuvo lugar en México. Esta vez la ciudad anfitriona fue Mérida. Pero Rómulo O’Farrill Jr. ya no estaba. Había fallecido cuatro meses antes. La SIP lo recordó en Mérida con especial afecto y reconocimiento, destacando su valioso aporte y perpetuando su memoria al concederle post-mortem la más alta distinción de la institución que se otorga solo una vez al año a grandes figuras, como homenaje a su trayectoria empresarial periodística y a su labor en pro de la libertad de expresión y de prensa. Fue el Gran Premio SIP 2006 el que la presidenta Dania Daniels (The Washington Post Co.) entregó personalmente, durante el desarrollo de la 62ª Asamblea, a los descendientes del homenajeado. 

Aún hoy en la SIP permanece el recuerdo, con admiración y gran sentimiento, del muy efectivo paso de Rómulo O’Farrill Jr. por la institución interamericana que llegó a presidir y en donde se entregó por entero a defender la causa de la libertad de prensa en el continente, sin esperar retribución alguna que no sea sentir la satisfacción de su deber cumplido como un valiente demócrata.

La familia O’Farrill en México

El apellido O’Farrill en México se vincula principalmente con la industria de la comunicación, y muchos de sus miembros desarrollaron y llevan a cabo importantes contribuciones a la sociedad mexicana ya sea con su labor profesional o como ciudadanos de alta responsabilidad.

El apellido O’Farrill tuvo su origen en Irlanda y por razones que aún se investigan llegó hasta la ciudad de Puebla hacia finales del siglo XVIII. Inmediatamente después de su aparición el apellido O’Farrill se vincula con apellidos de familias españolas y continúa hasta nuestros días debido a sus miembros masculinos. Los miembros femeninos dejando solo hasta su primera generación el apellido como “segundo apellido”. Siendo éste el caso, la descendencia real de los orígenes irlandeses de este apellido se extiende a muchísimas generaciones de familias no mencionadas aquí.

La familia O’Farrill de México representa un poderoso grupo con intereses en los medios de comunicación, la publicidad y otras industrias. A comienzos del siglo XIX, los hermanos Stephen y Joachim O’Farrill originarios del condado de Longford, Irlanda, emigraron a España y de ahí a la región del Caribe junto con un hermano del que no se sabe su nombre. Stephen fue a la universidad en Estados Unidos, Joachim a México y el tercer hermano a Cuba. Joachim O’Farrill se estableció en México y castellanizó su nombre a Joaquín. Tuvo una hija Rosa María y por lo menos dos varones, José Adrián y Miguel, de quien don Rómulo O’Farrill Silva fue abuelo.

Descendientes destacados

Rómulo O’Farrill Silva (1897-1981). Miembro de sexta generación del apellido O’Farrill en México. Se especializó en mecánica automotriz y montó una ensambladora de autos. La planta ensambladora fue posteriormente vendida a la Volkswagen. Adquirió el periódico Novedades y una estación de radio. Obtuvo la primera concesión de televisión de México y América Latina, canal 4, cuya inauguración fue el 31 de agosto de 1950.

Rómulo O’Farrill Jr. (1917-2006). Miembro de séptima generación del apellido O’Farrill en México fue hijo de Rómulo O’Farrill Silva. Continuó con el legado de su padre, dirigiendo el periódico Novedades. Durante su gestión el periódico se extendió a varios estados de la República Mexicana. También continuó la sociedad con la televisión y con las familias Azcárraga y Alemán. Por su distinguida labor y por su antigua relación irlandesa el gobierno de Irlanda nombró a don Rómulo O’Farrill Jr. Cónsul Honorario de Irlanda en México durante más de 20 años.

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