Lo que nadie te dice sobre ser mamá a los 43 años

Los especialistas diagnosticaron que ambos casos fueron de alto riesgo.

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Para Claudia la llegada de su primogénito fue una gran sorpresa. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Yajahira Valtierra/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Mariana Costa Pot  dio a luz por primera vez al inicio de mayo, se siente muy contenta  a pesar que no fuera en la mejor etapa de su vida, ya que tiene 17 años; mientras que Claudia  Olavarría Vargas, de 43, también tuvo a su primer bebé, lo que las une es que ambas comparten el mismo objetivo: ser las mejores madres.

Claudia, a diferencia de muchas mujeres, en sus planes nunca estuvo convertirse en madre, sus sueños siempre fueron viajar, trabajar y crecer personalmente, cosas que logró realizar; en cambio la otra joven aseguró que desde muy pequeña su mayor anhelo era  formar una familia y ser mamá aunque no lo esperaba tan pronto, ya que antes de eso quería concluir  el bachillerato.

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La primera sensación de la adolescente al descubrir que estaba embarazada fue tener mucho miedo, pero el aborto nunca fue opción, no se sentía preparada ni en condiciones de vida adecuadas para criar a un niño, inmediatamente le dijo a su pareja, con quien tenía dos años de relación, su novio, Javier Hernández, hasta la fecha se ha hecho cargo aunque por un tiempo pensaron en dar en adopción al bebé en cuanto naciera.

Para Claudia la llegada de su primogénito a sus 43 años fue una verdadera sorpresa, aseguró que es el mejor regalo que pudo haber recibido y la bendición más grande de su vida.

Para su familia fue impresionante saber que estuviera esperando un bebé, ya que ella había dejado muy en claro que no planeaba tener hijos.

La familia de Mariana no tomó la noticia de la mejor forma, todavía la ven como una niña, luego de regaños, llantos y largas charlas, decidieron apoyarla porque a pesar de todo es su hija y quieren lo mejor para ella.

"Reconozco que me salté una etapa de mi vida"

"Reconozco que me salté una etapa de mi vida, pero me esmeraré para criar a mi hija de una forma excelente”, asegura Mariana.

Ambos embarazos fueron diagnosticados de alto riesgo por los médicos, debido a que una se había atrasado mucho en el proceso y la otra se adelantó demasiado.

Claudia fue  valorada como primigesta añosa, esto se refiere al embarazo en mujeres mayores de 35 años, los riesgos principales son amenaza de aborto, defectos congénitos en el producto y problemas de salud durante el embarazo.

Su embarazo fue muy bello, dice, pero presentó algunas complicaciones como hipertensión arterial y constantemente asistía a urgencias, pero “gracias a Dios a su bebé no le pasó nada”.

“Gracias a Dios a su bebé no le pasó nada”

En una de esas visitas al médico le dijeron que el sexo de su bebé sería femenino, comenzó a comprar  ropa y  productos de color rosa para su pequeña, pero exactamente una semana antes del parto acudió nuevamente a su cita en el hospital, donde después del ultrasonido le dijeron que su retoño es varón

Esta novedad  cambió todo porque tenía que modificar toda la ropa y accesorios otra vez, pensó que tendría el tiempo de hacerlo porque estaba calculado que nacería entre el 8 y 9 de mayo.

Pero en la madrugada del 30 abril, a las 2 horas, todo cambió, comenzó a sentir dolores e inmediatamente su hermana la llevó al hospital de la Región 510, donde después de varios centímetros de dilatación, un largo y doloroso tiempo de espera, dio a luz de manera natural.

Claudia recuerda que el dolor no se compara con ningún otro que haya vivido.

En una oración describe a Claudio Emiliano como el amor de su vida.

En el caso de Mariana, desde el comienzo de su embarazo sufrió varias complicaciones, desde mareos hasta desmayos, por su situación tuvo que abandonar temporalmente la escuela, cosa que la hizo sentir mucho más tranquila porque dejaron de llamarle por su nombre y comenzaron a decirle la embarazada.

En uno de sus primeros ultrasonidos, las enfermeras  comentaron que  estaba esperando a gemelos, pero después confirmaron que era un bebé.

Al momento de dar a luz, sus padres la acompañaron a la clínica, su pareja no pudo debido al trabajo, desde que se embarazó el doctor le informó que al dar a luz sería por medio de una cesárea, porque  su pelvis era muy estrecha. Luego de un largo proceso de operación la madrugada del 1 de mayo, nació Isabela con un peso de tres kilos.

"Ahora tengo la razón más importante para ser mucho mejor persona, madre, hija y estudiante, porque ahora existe una personita que depende de mí y quiero ser su mejor ejemplo”, mencionó Costa Pot.

Solo una madre sabe que es proteger a su hijo desde que lo lleva en el vientre”, Claudia Olavarría.

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