Se recupera el caracol rosado

De manera muy lenta pero constante a un año y medio de veda se ha progresado. Aún se debe luchar contra los pescadores clandestinos que verían de entre 20 y 30 en zona de Chinchorro.

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En la actualidad los pescadores organizados participan en un programa de uso sustentable para la supervisión y vigilancia de la Conapesca. (Harold Alcocer/SIPSE)
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Ernesto Neveu/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- A un año y medio de veda, el caracol rosado comienza a recuperarse en Banco Chinchorro, de manera muy lenta pero constante, derivado de las acciones conjuntas realizadas por la Armada de México, la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en contra de los pescadores furtivos, que, cada vez más, han sido acorralados, afirmó el subdelegado de pesca en Quintana Roo, José Manuel Cárdenas Magaña.

La pesca furtiva se da por igual en el extremo norte que en el sur del estado e, incluso, entre pescadores deportivos que llegan a hacer captura excesiva, simplemente avalados por un permiso, y hacen su presa a especies que no deben pescar.

Pero los episodios violentos entre pescadores cooperativistas y furtivos, muchos de estos antiguos compañeros de oficio seducidos por el dinero fácil y convertidos en delincuentes, han venido sensiblemente a menos tras la incursión de la Armada de México y la vigilancia permanente de las instancias federales involucradas. 

“Nosotros tenemos prácticamente detectados a todos los furtivos que interactúan en esa área y hemos logrado disminuir la pesca furtiva molestándolos, disuadiéndolos, porque hemos visto que lo importante es que no saquen, que no pesquen, y es lo que hemos estado haciendo con la Marina y la Conanp”, apunta el biólogo.

El furtivismo persiste, pero cada día está más acorralado, ya no es tan sencillo pensar que la ley les dará alguna posibilidad de mantener la libertad tras ser apresados, que fue precisamente uno de los temas abordados en la más reciente reunión del Consejo Estatal de Pesca, en enero pasado en Cancún, donde acordaron buscar elevar a delito grave la captura, acopio y transporte de especies en veda, tanto caracol como langosta, pues originalmente se consideraba la langosta y el abulón.

“Desafortunadamente son muy tercos, gente muy necia, que a pesar de que han tenido accidentes, se les ha mandado al Ministerio Público, el año pasado detuvieron a siete, siguen detenidos, pero otros siguen pescando, son muy necios cuando saben que el caracol está en veda. Se decretó una veda de cinco años en banco Chinchorro. Desafortunadamente no se hizo para todo el estado, porque la propuesta que teníamos en el grupo de trabajo es que fuera en todo el estado para evitar la importación de otros lugares”.

Aquí, José Manuel Cárdenas Magaña precisó que es importante hallar la manera de evitar que el caracol que se traiga de otros lados, por ejemplo Belice, sea precisamente producto de la pesca furtiva.

La cantidad de pescadores clandestinos varía de entre 20 y 30 en la zona de Chinchorro, pero son dinámicos en sus actividades ilícitas, pues unos llegan, luego otros, pero lo que sí es notorio es lo redituable que les resulta traficar con caracol rosado, porque el tamaño de las máquinas que traen van muy por encima de lo que un pescador dentro de la ley puede obtener en corto plazo.

En la actualidad, los pescadores organizados participan en un programa de uso sustentable para supervisión y vigilancia de la Conapesca, se les apoya con combustible y algún recurso monetario al piloto que ha dado buenos resultados, pues toda esta serie de actividades ha permitido que la densidad de caracol pasara de 0.004 a 0.4 en año y medio, es decir, hay un poco más de caracol rosado en la zona de Chinchorro. 

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