Sistema de salud, utopía

El artículo cuarto de nuestra Constitución Política, en uno de sus párrafos, establece que: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud...

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El artículo cuarto de nuestra Constitución Política, en uno de sus párrafos, establece que: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud.

La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general”.

Por otro lado, la Ley General de Salud reglamenta el derecho que tiene toda persona, en los términos del artículo mencionado anteriormente, estableciendo las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud aplicables en todo México. Sin embargo, ir a través de la Ley General de Salud es transportarse a un México diferente, donde los problemas de salud de los mexicanos son de las cosas de las que menos deberíamos preocuparnos, porque ya el gobierno se está encargando de ello aplicando, debida y humanamente, la ley que para este efecto fue creada.

Echemos un vistazo al artículo segundo de esta ley, en la que se establece, entre muchas otras cosas, algunas finalidades en materia de salud, como el bienestar físico y mental del hombre para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades; la prolongación y mejoramiento de la calidad de la vida; y el disfrute de servicios de salud y de asistencia social que satisfagan eficaz y oportunamente las necesidades de la población.

Por otro lado, el artículo tercero contempla que son materia de salubridad general la atención médica en beneficio de grupos vulnerables, preferentemente la atención materno-infantil y el programa de nutrición en pueblos y comunidades indígenas; la salud visual, auditiva y mental; la orientación y vigilancia en materia de nutrición; la prevención de la invalidez y la rehabilitación de los inválidos; programas de alcoholismo y tabaquismo, etcétera, etcétera. ¿Realmente se está cumpliendo a cabalidad esta ley? La respuesta es no.

Muy a pesar de lo que la misma Constitución Política y la Ley General de Salud establecen, la atención médica, principalmente en las zonas rurales, es muy deficiente, y en la mayor parte de los casos se violentan las mismas y de una manera muy grave.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que la salud es uno de los derechos fundamentales (al igual que la educación) de todo ser humano, e incluye el acceso a una atención sanitaria oportuna y de calidad aceptable; y el Estado debe crear las condiciones para que sus habitantes puedan vivir lo más saludable posible. En México, quienes gozan verdaderamente de los beneficios de esta maravillosa ley son los legisladores y sus familiares, quienes cuentan con seguro de gastos médicos mayores en instituciones privadas, ¿y el pueblo? Si hay algo por qué luchar en México, es hacer válida la Ley General de Salud, así como la de Educación.

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