Redacción/SIPSE
CANCÚN,  Q. Roo.- Roger “N”, lleva ocho años en la Cárcel de Cancún, purgando una condena, según su mamá, sólo por caminar en la calle. Hasta hace tres días, la rehabilitación estaba surtiendo efecto en él. Las manualidades que elaboraba eran consideradas entre las más bonitas y vendidas en el penal, pero el sistema penitenciario falló, se juntó con malas compañías que lo incitaron a escapar del lugar; fue castigado en el área "I".

Sin acciones, únicamente visitas esporádicas, fue el eje de trabajo carcelario de Carlos Bibiano Villa Castillo, durante su administración como secretario estatal de Seguridad Pública.

En la época del ex funcionario, el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria del 2013, puso a Quintana Roo dentro de los 18 Estados con los más bajos promedios de gobernabilidad: con 4.60 de calificación.

Diagnóstico

La Cárcel de Cancún fue la más señalada respecto a las condiciones que garantizan la integridad física y moral del interno, aspectos que certifican una estancia digna y reinserción social del interno. De acuerdo al diagnóstico en dicho penal, existe sobrepoblación, deficiencias en los servicios para mantener la salud de los reos, control de la seguridad por parte de los reclusos, así como actividades productivas, educativas y deportivas.

El estudio señaló que hay áreas de privilegio y objetos y sustancias prohibidas; de igual forma, presos que ejercen violencia sobre el resto de la población. A pesar de los señalamientos, los cuales fueron realizados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Villa Castillo siguió con el mismo sistema de trabajo. Hasta el día que renunció al cargo de secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, las prácticas dentro del penal continuaban.