En Quintana Roo, la cobertura escolar en el nivel superior es de apenas 19 por ciento, el problema se complica porque alrededor de 15 de cada 100 personas que empiezan sus estudios terminan abandonando, por varios factores, incluyendo la situación económica.

Las estadísticas de la Secretaría de Educación de Quintana Roo señalan que en el ciclo escolar 2021-2022, el 14.1 por ciento de la matrícula de las universidades se dio de baja antes de terminar la carrera.

En tanto, en el ciclo escolar 2022-2023, el porcentaje de abandono se mantuvo en 13.8 por ciento, es decir, solo un ligero descenso.

María Rosa Ochoa Ávila, directora del patronato de la Universidad del Caribe, destacó que la idea general es que los jóvenes que llegan a las universidades cuentan con los recursos económicos suficientes para sus  estudios, pero no es así.

En el caso concreto de esta casa de estudios en Cancún, por ejemplo, de cada 10 estudiantes, al menos tres viven en una situación de precariedad, que no les permite continuar con sus estudios.

"Hay muchos estudiantes que trabajan todo el día, incluso en labores de limpieza en casas, para solventar los costos de estudiar una carrera profesional", dijo.

Comentó que se realiza precisamente un estudio para saber exactamente cuántos jóvenes estarían en dicha situación para poder llevar a cabo más programas que los apoyen para terminar sus estudios.

Sin embargo, estimó que al menos un 30 por ciento de los alumnos proviene de familias de muy escasos recursos.

"Pero las mujeres tienen más dificultad de conseguir trabajo, porque muchos de estos son nocturnos, para poder estudiar durante el día", mencionó.

Recordó que la Universidad cuenta con un programa de becas para mujeres que desean estudiar una ingeniería.

Si bien dicha casa de estudios es bastante económica, en comparación con una universidad privada, pues el semestre tiene un costo de dos mil 600 pesos, los jóvenes necesitan también comer, para su transporte, para el material que requieren en sus diversas materias y otros gastos personales.

Reconoció que por desgracia, hay una fuerte competencia para reunir fondos para causas altruistas, pues existen muchísimas asociaciones civiles, para niños, jóvenes, personas con alguna enfermedad o de la tercera edad, que buscan también el apoyo de la población.