Los propietarios de los gimnasios en el estado temen que se presente un nuevo cierre de sus establecimientos, pues podría generar una nueva crisis.

Marvin de la Rosa, dueño de algunos negocios de este rubro, dijo que, después de haber recibido la autorización para reabrir sus negocios, en agosto pasado, apenas comenzaban a ver una lenta recuperación, por lo que, el hecho de regresar al confinamiento, sería un “tiro de gracia” para varios gimnasios.

“Habíamos pasado cerca de cinco meses con nuestros negocios cerrados y, después de que nos permitieron abrir nuevamente, habíamos tenido una recuperación muy lenta, la cual podría venirse abajo si volvemos al color naranja, incluso ocasiona que muchos de nosotros nos viéramos en la necesidad de deshacernos de nuestros negocios”, señaló.

Y es que, aunque durante el confinamiento había una gran demanda por parte de los atletas para que los gimnasios abrieran nuevamente, la realidad es que los gimnasios no vieron reflejada esta situación en cuanto a sus ingresos, lo que obstaculizó que tuvieran una verdadera recuperación.

“Como todos saben, a raíz de la reactivación deportiva, teníamos la esperanza de que los clientes llegaran y trabajáramos en un porcentaje limitado a nuestra capacidad, pero la realidad es muy distinta, los clientes no llegan como se esperaba y los gastos siguen siendo los mismos”.

Recordó que, durante los cinco meses de inactividad, al menos tres gimnasios cerraron en la capital del estado debido a la falta de recursos para poder cumplir con sus gastos como el pago de la renta y de servicios como luz y agua, además de los salarios de los instructores y su demás personal, lo cual podría repetirse, pero ahora en mayor cantidad.

Resaltó el hecho de que, en los gimnasios, se cumplen debidamente los protocolos de higiene y salud, como lo son el uso del cubrebocas, toma de temperatura corporal de los clientes al ingreso, la desinfección de las instalaciones y aparatos, aplicación de gel antibacterial y colocación de dispensadores, así como trabajar con una afluencia máxima del 30% de su capacidad.