Las enfermedades respiratorias graves se han convertido en una de las causas de abandono de mascotas en basureros, debido a los altos costos de los tratamientos.

El 50% de los casos de mascotas con esta patología, que es muy común durante la temporada de invierno, llegan al veterinario cuando ya no hay mucho por hacer.

Lo anterior, obliga a invertir en análisis, medicamentos y tratamientos que, muchas veces, podrían haberse prevenido.

El veterinario Óscar Ramírez Herrera, de la fundación "Huellas Mágicas", comentó que en consulta privada llegan mascotas mal atendidas que padecen enfermedades como neumonitis alérgica, provocada por bacterias, virus u hongos; rinitis, que es una inflamación de la mucosa nasal que también puede ser causada por hongos, e influenza canina, la cual genera tos, fiebre y letargo.

Explicó que estas enfermedades se deben a la falta de cuidado durante la temporada invernal. Muchas mascotas duermen a la intemperie, en el suelo, amarradas, e incluso se mojan bajo la lluvia, lo que las hace vulnerables a enfermarse, al igual que los humanos.

Aseguró que las playeras, suéteres o sudaderas que se les ponen a los perros para evitar el frío no sirven para prevenir este tipo de enfermedades.

"La gente llega a última hora al veterinario y pregunta: '¿Puedo salvar a mi mascota para invertir?' Pero nosotros no podemos garantizarlo sin realizar un tratamiento, igual que en los humanos, para ofrecer alternativas", explicó.

Un tratamiento para una enfermedad respiratoria como las mencionadas puede costar un mínimo de tres mil pesos en un sitio privado, sin incluir el precio de la consulta ni los medicamentos posteriores.

El especialista reconoció que muchas personas "le huyen" a los costos para curar a sus mascotas y optan por dormirlas, llevarlas a casa hasta que fallecen, o peor aún, abandonarlas en la calle o tirarlas en basureros.

Por ello, la invitación es a cuidar a las mascotas adecuadamente: proporcionarles un refugio donde puedan dormir durante el frío, una cama, una caja con alguna cobija y un techo donde resguardarse.