En el debate de las candidatas y candidatos a la gubernatura de Quintana Roo estuvo ausente el principal protagónico, que debió de ser la confrontación de las propuestas para dirigir los destinos de los quintanarroenses en el próximo sexenio.

Aunque hubo alusiones personales y familiares, el debate del sábado terminó siendo uno más en la historia política de Quintana Roo, pues al parecer a los candidatos y candidatas se les olvidó el motivo fundamental del debate: la confrontación de ideas.

Poco antes de las 19 horas del sábado, arribaron a las instalaciones del SQCS en Chetumal las candidatas y candidatos a la gubernatura, el ambiente, que ya de por sí estaba tenso, se acentuó cuando al llegar Laura Fernández y Mara Lezama, no se saludaron, poniendo incómodos a los presentes.

Como bien señaló en su momento, Leslie Hendricks Rubio, candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el debate más bien pareció un concurso a ver quién era el más corrupto, ya que las principales contendientes sacaron a relucir todo tipo de acusaciones.

Durante el debate, todo indicó que las baterías de la candidata de la coalición “Va por Quintana Roo”, Laura Fernández Piña, y José Luis Pech Várguez, de Movimiento Ciudadano, estaban apuntadas hacia la candidata de “Juntos Hacemos Historia en Quintana Roo”, Mara Lezama Espinosa.  

El doctor Pech incluso aprovechó desde su primera intervención, que correspondía a dar a conocer su semblanza curricular, para atacar a Mara Lezama, aunque en las réplicas y contrarréplicas, la candidata de “Juntos Hacemos Historia en Quintana Roo” pareció ignorar los ataques del ex rector de la Universidad de Quintana Roo. 

No obstante, en cierto punto, hasta él no se pudo salvar de un ataque directo, pues fue recriminado por ser parte de la famosa “estafa maestra”, que sacudió la política nacional, y que llevó a Rosario Robles a la cárcel.

Laura Fernández afirmaba que la violencia en Cancún se da porque la plaza ya está vendida, mientras que Mara Lezama se comprometía a trabajar para que los contratos de obras no se les entreguen a familiares y amigos cercanos.  

Por su parte, Leslie Hendrícks, del PRI, arremetía contra el doctor Pech y contra Fernández Piña, al espetarles “qué tiene de decente cambiarse de partido en cada elección”, aunque su increpación no tuvo eco entre los contendientes.

Lo cierto es que Mara Lezama salió bien librada y se supo imponer en el debate, pues a pesar de los ataques que le venían de todos lados, se dedicó a detallar sus propuestas y visión de futuro y, desde luego, a poner en su lugar cada uno de sus atacantes. 

Punto y aparte, y mención honorífica merece Nivardo Mena, candidato del partido Movimiento Auténtico Social (MAS) a la gubernatura del estado, quien llamó la atención de los escuchas e internautas, al darle un toque religioso a sus propuestas.

“Mi gobierno estará regido por valores éticos, morales y, por qué no, religiosos”, señaló en su momento Mena Villanueva, y remató sus intervenciones con la frase: “Dios con nosotros”, para no dejar espacio a la duda de que, si ganara las elecciones, tendríamos un gobierno teocrático.

Al finalizar los debates, como es costumbre y para no variar, cada candidato emitió su respectivo boletín de prensa asegurando que cada uno de ellos ganó el debate. Soñar no cuesta nada, pues el único ganador es el ciudadano que presenció los debates.

Y aunque la audiencia de este ejercicio apenas superó a los cuatro mil internautas en las redes sociales del Instituto Electoral de Quintana Roo, para los que lo vieron servirá para formarse un mejor criterio y decidir a conciencia el próximo 5 de junio. 

Para usted ¿Quién ganó realmente el debate?