Todos los caminos llevan a Mara

La política es un asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos: Charles de Gaulle…

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Pareciera que nos quedamos cortos cuando decimos que, en las últimas semanas, la política en Quintana Roo ha girado en torno a la aún alcaldesa de Benito Juárez, Mara Lezama Espinosa.

Y es que esto no es de hace unos días, semanas ni meses a la fecha, no, esto bien pudiera remontarse al menos cinco años (desde el inicio de su primera campaña), al ser apoyada por propios y extraños. Eso la fue perfilando.

Y seguramente esta inercia, en la que todos los caminos llevan a Mara dentro de la política estatal, continuará hasta el día de las elecciones, o sea, a mediados del próximo año… Y más allá.

Resultaría necio no reconocer el impacto político que tiene en la actualidad Lezama Espinosa, al ser la más cercana (sino que la única) aspirante real de Morena al gobierno del estado.

No pretendemos descubrir el agua tibia ni el hilo negro con esas afirmaciones. Por supuesto que no, sobre todo cuando alcaldesa cancunense cuenta con el aval, con el decidido respaldo tanto del presidente de la República como del gobernador de Quintana Roo. Nada nuevo.

¿Así o más claro?

De ahí que consideramos una necedad el negar su impacto político.

¿Acaso alguien duda que en la política mexicana valen mucho más esas cartas que cualquier posicionamiento, que cualquier adepto, que pronunciamiento, pues?

Sin embargo, cabe decir, este impacto político no se traduce siempre en parabienes, no significa sólo halagos para la morenista.  

Por supuesto que esta definición, el hecho saber que existe una figura con tal apoyo para asumir una candidatura con las más altas posibilidades de llegar a la gubernatura, genera un oportunismo muy singular.

Desde hace unas semanas, han brotado aquellos que optan por mostrarse reacios, con una faceta hipócrita tratando así de sacar provecho, ventaja, conseguir un cargo, un apoyo o un compromiso de Mara a través del golpeteo mediático, de estar como cuchillito de palo, hasta crear hartazgo.

Esos son sus medios para conseguir un fin muy claro, muy evidente.

Otros más, son los chetumaleños, la población de la capital del estado que sigue creyendo que por ser precisamente la capital, le corresponde la gubernatura así, de facto, atribuyéndose un derecho inexplicable, como si fueran más quintanarroenses que los pobladores de otros municipios.

Y entonces surgen las “presiones” en las que se pronuncian a favor de cualquier otro aspirante, incluso hasta de Rafael Marín, quien no sólo se ha autodescartado, sino que el mismo AMLO ya le cerró las puertas… y ni así entienden.

Otros buscan a Marybel Villegas, para presionar no sólo a Mara, sino también al gobernador, al representar la senadora el antagonismo de la actual administración estatal.

Saben que Marybel le apuesta al desgaste de Lezama –incluso adjudicándole versiones falsas, como aquella de que pretende cambiar la capital del estado a Cancún- para finalmente postularse por Movimiento Ciudadano.

En resumidas cuentas y como en su momento dijo Carlos Salinas de Gortari: “No se hagan bolas”, Morena tiene una candidata y ella es Mara Lezama.

Las otras opciones, estarán en otros partidos.

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