Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un grupo formado por más de 20 mujeres mostró el rechazo de los vecinos del fraccionamiento La Guadalupana, por el cierre del módulo del Centro Comunitario, para transformarlo en una oficina del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Si utilizan las instalaciones 

Dijeron que los habitantes de la Región 217 se verán afectados por el anuncio del préstamo del local, hecho por autoridades de Desarrollo Comunitario Municipal. Edwin Cantillo Arjona, maestro de zumba en el módulo, dijo que desde hace dos años en el lugar se llevan a cabo actividades deportivas y artísticas como karate, zumba, jazz, música, manualidades, y oficios como corte y confección, con la participación mayoritaria de madres de familia e hijos, quienes pagan una cuota de recuperación.

Los vecinos dijeron ver con desagrado la medida, pues mencionan que sólo les dijeron que las instalaciones cerrarán para convertirlas en oficinas. La explicación, según dijeron, fue porque lo que se recauda de las actividades es muy poco. Cantillo Arjona aseguró que entrega al ayuntamiento 15% del recurso monetario que pagan sus alumnos.

Los vecinos rehabilitaron el lugar 

Agregó que deja cerca de mil pesos a la semana a las autoridades, sin embargo, también mencionó que durante dos años, no recibieron presupuesto para mejorar las instalaciones.

María Elizabeth Gordillo, habitante del fraccionamiento, comentó que para rehabilitar el edificio fueron las propias alumnas y los vecinos quienes recaudaron fondos, “de buenas a primeras nos dicen que nos lo cerrarán sin darnos opciones para que continúen nuestras actividades”.

Sin cambios, el Inegi se instalará 

Dante Aguilar Aguilar, director de Organización Comunitaria de la Dirección de Desarrollo Social, confirmó que no habrá marcha atrás, y a partir de este lunes, será el Inegi quien ocupe dicho predio hasta junio 2015; por ahora, dijo, las 28 personas que realizan actividades en el módulo podrán asistir a otros centros comunitarios.

Explicó que estos recintos funcionan con recursos propios, en el que el maestro cobra por sus clases y entrega un porcentaje al programa municipal para mejoras.

Hace unos días se firmó un convenio con el Inegi para que realicen el censo de población, y solicitaron usar el espacio en La Guadalupana; al tener baja afluencia de alumnado, se tomó en consideración el préstamo de las instalaciones.