La XVIII Legislatura de Quintana Roo designó esta semana a Minerva Moreno Cruz, Claudia Carrillo Gasca, Mayra San Román Carrillo Medina, Nayeli Solís Poot y Rubí Sulub Chi como magistradas del nuevo Tribunal de Justicia Administrativa y Anticorrupción de Quintana Roo, para un periodo de 12 años. Lo comanda Minerva Moreno desde la presidencia.

En “tiempos de mujeres” y en un estado “con el corazón feminista”, como consigna en la 4T, a nadie debe extrañar la composición. Dijo la gobernadora Mara Lezama (la primera de la historia) en el marco del aniversario 50 de la entidad, el pasado 8 de octubre: “Las mujeres siempre hemos estado listas y preparadas, pero no se nos había dado la oportunidad de poder demostrarlo”.

Por otro lado, la diputada morenista Paola Moreno, presidenta de la Comisión de Justicia (también integrada sólo por mujeres), planteó desde la tribuna el miércoles de la votación: “¿Cuántos años y cuántos periodos gubernamentales pasaron, donde la capacidad y el talento de las mujeres fueron invisibilizados? (...) La buena noticia es que los tiempos cambiaron”. La también secretaria de la Comisión para la Igualdad de Género (igual sólo de mujeres) recordó que la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo: "lo que no se nombra, no existe". Frases como aquellas tienen un significado profundo que invitan a la reflexión.

¿Los retos? Uno importante pasa justamente por la impartición de justicia con perspectiva de género, como ya obligan leyes y reglamentos. En su arranque, el aspecto administrativo del Tribunal implica otros retos: organizarse, conocer disposiciones, el personal, los equipos técnicos, los alcances, la coordinación y otros tantos; sin embargo, el desafío central lo lleva en su nombre y en su composición.

Es un Tribunal de mujeres. ¿Será feminista? Lo integran profesionales conocidas por esa lucha de años, como la magistrada Claudia Carrillo, quien ha capacitado en distintos ámbitos y ha divulgado material con énfasis en la equidad, la igualdad sustantiva, la violencia política en razón de género y sobre una vida libre de violencia. Más adelante se constarán el actuar y los criterios de las magistradas.

Lo cierto es que muchas servidoras públicas que celebran la composición del Pleno vivieron en carne propia la indiferencia, la exclusión o la violencia, que han superado con creces; por eso hablan desde la experiencia y con esperanza.